Al igual que sucede en México, con su actual estrategia de Seguridad, donde se apuesta todo a la Guardia Nacional y a las Fuerzas Armadas en vez de impulsar instituciones civiles fuertes y ver y analizar el problema de origen multifactorial, en Ecuador, el narcotráfico aprovechó la discontinua estrategia institucional de seguridad, sujeta a veleidades politiqueras, populismos y errores crasos como el debilitamiento del sistema de inteligencia policial, según el análisis de Abraham Serrano, exasesor de seguridad federal en México.
“Lo que también incide es el descontrol del sistema carcelario y el crecimiento de áreas de cultivo y procesamiento de drogas sintéticas, la amapola y hoja de coca, lo cual, a su vez, ha complicado la gobernabilidad, aumentado las disputas territoriales, mejorado la capacidad ofensiva de las mafias y potenciado la penetración de dinero del narcotráfico en la política local, a través del financiamiento de campañas de ciertas alcaldías en zonas fronterizas o portuarias”, explicó entrevista para El Independiente.
Bajo esta visión y retomando otros estudios académicos, Serrano explica que el ascenso estratégico del Ecuador en la economía del narcotráfico subraya el nefasto papel de funcionarios y políticos corruptos en diversos estamentos del Estado, coludidos con grupos de narcos que tienen nexos directos con carteles mexicanos y mafias de distribución de estupefacientes incluso en Europa.
“Ecuador pudiera considerarse como un caso diverso al de El Salvador en la lucha contra pandillas o de Colombia en la lucha contra la guerrilla y delincuencia organizada”.
“Las disputas por rutas y cuotas de poder crean una espiral de violencia que ha degenerado en terrorismo indiscriminado. Ecuador era en la década 1990 solo un lugar de paso para los cargamentos ilícitos; sin embargo, el fuerte combate del cultivo y elaboración de drogas en Colombia y Perú fue obligando a la mudanza de plantíos hacia zonas selváticas o montañosas ecuatorianas”, reveló.
En este contexto, el analista explica que Ecuador, por su posición geoestratégica fue, hace una década, simple escala para el trasiego de cargamentos para carteles mexicanos, por lo cual muchas alcaldías costeras aún son codiciadas por estos grupos, sin embargo, poco a poco se detectan más laboratorios de drogas sintéticas, sembradíos de coca y amapola en áreas con práctica ausencia del Estado y a veces bajo autoridad de alcaldes o diputados señalados de tener nexos con cárteles.
Así, la delincuencia es un problema generalizado en Ecuador toda vez que los delitos violentos, como el asesinato, asalto, secuestro exprés y el robo a mano armada, son comunes. Mientras las bandas y organizaciones criminales transnacionales operan en las provincias de Carchi, Sucumbíos y el norte de Esmeraldas, así como en Guayaquil.
“Por otra parte se hace referencia de que el CJNG y otras organizaciones mexicanas están provocando dicha violencia, sin embargo debemos ver que el efecto cucaracha tiene repercusiones en esa zona, derivado del cambio de gobierno y por lo tanto se hace un giro en la estrategia de seguridad en Colombia, El Salvador e incluso Venezuela al tener una apertura fronteriza y nuevas relaciones con Colombia, lo que constituye una reflexión respecto de la mutación de las acciones tácticas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Colombia y sus implicaciones en los países vecinos y en la dinámica regional”.
“La presencia de grupos criminales mexicanos es un ingrediente de ese caldo de cultivo que ha movido el tablero de relaciones políticas y sociales presentándose de manera ambivalente, con signos heterogéneos. Aparentemente el objetivo de tomar el poder político por las armas e implantar un modelo socialista está muy lejano de ser cumplido. Con todo, es preciso tomar en cuenta que al igual que lograron desplazarse rápidamente al centro de Bogotá, bien podrían estar moviéndose por el corredor estratégico amazónico ecuatoriano en la provincia de Sucumbíos en Ecuador”, insiste el consultor de seguridad y defensa.
A diferencia de otras voces, Abraham Serrano no sólo mira al Cártel Jalisco Nueva Generación como un peligro para Ecuador, sino que pone al ELN como el principal riesgo al gobierno de Guillermo Lasso, pues su injerencia en la seguridad nacional pone en riesgo la infraestructura estratégica petrolera ecuatoriana más significativa, y esto en convergencia y apoyo con grupos ilegales vinculados al narcotráfico, de ahí la trascendencia que pudiera tener el grupo criminal mexicano.
Si el ELN hizo un cambio drástico, impensado en el escenario operacional, no es descabellado pensar que podría tener como objetivo clave la infraestructura petrolera ecuatoriana, previo el reclutamiento de jóvenes y menores de edad para aumentar su pie de fuerza.
“Por ello, es preciso contar con analíticas que permitan comprender las racionalidades emergentes de ELN en complejidad y de manera crítica más allá de la visión estatal militarizada y sus respuestas. Se debe entender en contexto las nuevas formas de acción táctica, sus puntos geográficos de penetración y alcances. Se debería buscar, entonces, el diseño de balances estratégicos oportunos y en tiempo real entre Estados y sus arquitecturas institucionales de la defensa que deben responder a entornos de crisis, complejidad, contradicciones y cambios”, explica.
“Como sucede en México con el uso y abuso de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional, estas instituciones no son suficientes ya que el reto está puesto sobre la mesa en las naciones latinoamericanas como Ecuador. El pueblo ecuatoriano, en atención a la historia, debe estar alerta y prepararse, ya no sólo para defender su soberanía en términos amplios, sino para defenderse a sí mismo, por lo que la convergencia disciplinaria y las posibilidades teórico-metodológicas y analíticas que proveen las perspectivas críticas en seguridad y prospectiva posibilitar un entendimiento integral de los nuevos fenómenos en seguridad”.
“Al igual que México y diversos países de América Latina, el gobierno de Ecuador debe encontrar las vías efectivas de derecho para superar este grave brote violento, pero el verdadero reto a largo plazo es recuperar la gobernabilidad, erradicar la corrupción e impulsar el desarrollo humano integral como única vía sostenible para evitar que los grupos criminales recluten a más jóvenes como carne de cañón”, concluyó.
***Armando Hernandez