¿VIENE EL LOBO
A estas alturas de la película me parece innecesario tratar de definir y dibujar el, relativamente pequeño, escenario donde discurren los últimos acontecimientos bélicos que, en este caso, duran ya casi un año, en Oriente Medio o Próximo.
Desde su creación como Estado -tras la segunda guerra mundial- Israel vive soportando un acoso constante por parte de sus vecinos los países árabes y, a fecha de hoy, ya son varias las intensas y cruentas guerras y todo tipo de enfrentamientos políticos, culturales o económicos que ha tenido que afrontar para poder subsistir.
Su elevado espíritu de nación, el acérrimo amor al terruño por ser su tierra prometida, la fortaleza y capacidad de resiliencia de sus gentes y los muchos, importantes y grandes apoyos económicos, tecnológicos y militares que reciben de su económicamente potente y ciertamente asidua diáspora y de ciertos países, principalmente de EEUU, son los que han propiciado, que el Estado de Israel, permanezca donde estaba desde su creación y que, tras los muchos reveses propiciados por ambos contrincantes en litigio, gran parte de los países que otrora fueran obstinados enemigos, hoy gracias a intensas campañas diplomáticas propias, convenientemente sazonadas con la intervención de EEUU como catalizador o acelerador, un buen número de ellos, como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Jordania y Marruecos se cuentan entre aquellos más partidarios en buscar y propiciar la existencia y capacidad de Israel que en apoyar a otros, como Irán, que solo buscan su destrucción por considerarles, además de ser un enemigo a muerte, un gran obstáculo para que ellos puedan propagar sus creencias y teorías Chiitas entre el mundo musulmán.
Dejar bien patente las enraizadas y mutuas enemistades entre Irán e Israel, no es nada difícil. Son bien conocidas, como lo son las muchas promesas iraníes de borrar del mapa a Israel a nada que cuenten con los medios y la potencia para conseguirlo.
De ahí, el temor frente al peligro que, tradicionalmente la Comunidad Internacional (CI) ha venido definiendo y cultivando, sobre la conveniencia o no de que Irán se convirtiera en un país con capacidades nucleares. Son muchos los esfuerzos, las presiones y las auténticas coacciones de todo tipo las que, durante años, le han llegado a Irán para que desistiera de su carrera nuclear.
Principalmente por parte de EEUU, que, como garante de la paz mundial en general y de Israel en particular, luchaba para no poner en peligro a este o algo peor, si es que, algún día, el arma nuclear cayera en manos de unos fanáticos chiitas que no tendrían en consideración los efectos devastadores que el enfrentamiento nuclear entre ambos países, podría acarrear para esa área del mundo.
Efectos, que algunos institutos u organizaciones especializadas, capitaneados por el Instituto para la Gestión de Desastres (EEUU), los fijan en cifras aproximadas a unos treinta millones de muertos en la zona a lo que hay que sumar el incalculable desastre mundial en el aspecto de la energía fósil en la que Irán desempeña y desempeñará siempre un papel primordial.
Durante décadas, tras muchos, demasiados tiras y aflojas e importantes restricciones o limitaciones, a duras penas, se pudo lograr que Irán no fructificara en su empeño o, al menos retrasara o ralentizara su consecución.
Fue la llegada de Trump a la presidencia de EEUU y su cambio de política internacional y de geoestrategia mundial, en función de los nuevos intereses norteamericanos y otro tipo de amenazas provenientes de Rusia y China, lo que supuso el abandono literal del interés e inversiones norteamericanas en la zona de Oriente, permitiendo con ello, que Irán campara a sus anchas, aunque “aparentemente” era la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) la que estaba al cuidado del tema y “vigilaba”, para denunciar los progresos iraníes al respecto.
Hoy en día, todo el mundo da por cierto que Israel dispone de un importante número de potentes armas nucleares, aunque nunca lo reconozca y que Irán, cuenta con capacidades e instalaciones suficientes para fabricar combustible nuclear por cuenta propia. Por lo que la cena está servida sobre la mesa; el peligro existe, ya no es teórico, y unos y otros, por diversas y diferentes razones podrían llegar a pulsar el botón rojo y traer el caos al mundo.
Son demasiadas las veces que nos hemos tenido que tragar las bravuconadas a modo de amenazas iraníes sobre Israel; pero llegará el momento en que pueda hacerse realidad; principalmente, si el hecho se convierte en algo muy repetitivo o la seguridad de los dirigentes de uno o ambos países se pone en grave peligro; será entonces, cuando alguien no pueda resistir las presiones internas o externas o la tentación de actuar en lo que considerará como como un acto de propia y legítima defensa de su pueblo.
Irán, ha venido optando por una estrategia combinada entre las amenazas directas y la creación, alimentación y entrenamiento de fuerzas de paramilitares, auténticos e importantes grupos terroristas para amenazar a Israel y desplegarlos en zonas limítrofes, lo que facilita sus hostigamientos y ataques esporádicos sobre su territorio y ciudadanos.
Estas zonas son bien conocidas y se sitúan en la franja de Gaza (los palestinos de Hamás), el Líbano (Hizbulá) y otros grupos terroristas chiitas en Yemen, Siria e incluso Irak. Son los conocidos como proxi es (cercanos) y, aunque les unen muchos lazos, principalmente contra Israel, se diferencian en su religión; Hizbulá se autodefine como resistencia chiita. En cambio, Hamás, es sunita.
Estos grupos se han lanzado varias veces contra Israel y precisamente, Hamás fue el brazo ejecutor del ataque masivo del pasado 7 de octubre con más de 1500 muertos en las escaramuzas y por el que ha comenzado la escalada de esta situación que, de momento lleva más de 30.000 bajas y la destrucción de casi la totalidad de Gaza, con el aniquilamiento de sus cúpulas militar y religiosa, así como la mayor parte de su material de guerra.
Transcurrida con éxito la primera fase sobre Gaza, recientemente, Israel ha decidido actuar sobre el Líbano para tratar de lograr éxitos similares en dicho país con determinado grado de acierto y gracias a la sorpresa y originalidad en sus ataques selectivos hasta la fecha.
A la vista de lo anterior, Irán decidió vengar la noche del martes el asesinato de Hasan Nasrala en Beirut el viernes anterior y el del jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán el pasado 31 de julio y puso en marcha, por segunda vez, un ataque masivo con misiles sobre las principales ciudades de Israel.
Horas más tarde, la Guardia Revolucionaria de Irán ha informado de que su ejército utilizó por primera vez misiles hipersónicos Fattah-2 durante sus ataques contra Israel cuando se disparó cerca de 200 proyectiles balísticos, sobre territorio judío, principalmente sobre las ciudades israelíes de Tel Aviv y Jerusalén.
Por los resultados obtenidos y cotejados sobre el terreno, la operación de defensiva constituyó un éxito total; 181 de aquellos misiles fueron alcanzados y derribados antes de llegar a tierra por los varios y combinados sistemas de defensa antiaérea israelí, su aviación y la cooperación de ciertos aliados, EEUU, algunos europeos y otros de la zona como viene siendo la costumbre.
Por su parte, las tropas israelíes destacadas en la frontera con el Líbano comenzaron el mismo martes su ofensiva terrestre contra Hizbulá en el sur del país para la creación de una zona de seguridad intermedia (Buffer Zone). Mientras tanto, Hizbulá siguió lanzando cohetes hacia el norte y centro de Israel -sin causar víctimas-.
Del somero análisis de la situación, se detecta que Irán quiere mostrar a su población y a los proxi es que sus esfuerzos no son en vano y, que están dispuestos a responder y atacar a Israel siempre que ellos lo sean a su vez. No obstante lo anterior, la realidad, es que, de nuevo, las acciones y ataques iraníes, han sido fácilmente identificadas previamente por la inteligencia de Israel y las de sus aliados; logro casual o no, que supuso anular el efecto sorpresa, poder preparar sus defensas y que, por otro lado, las reacciones israelíes, de momento, no son nada nuevas ni espectaculares; por lo que el lobo, como el del cuento sigue sin aparecer y todo puede ser una mera maniobra de cara a la galería en ambos bandos.
Con lo dicho, parece que no acaba el cuento, lo veremos próximamente.