En México, durante la mayor parte del siglo XX un solo partido, el Revolucionario Institucional (PRI), tuvo en su poder la Presidencia de la República. El 2 de julio de 2000, el Partido Acción Nacional (PAN) obtuvo el triunfo en las elecciones presidenciales, es decir, se dio después de 70 años, primera alternancia política. Desde hace 23 años, ese nuevo gobierno Federal, tomó una decisión en este país de combatir al crimen organizado y el Presidente mexicano Vicente Fox lanzó en el 2004 el programa “México Seguro”, con un equipo de trabajo del que yo forme parte, encabezado por el entonces Titular de la Secretaría de Seguridad Pública el Lic. Ramón Martín Huerta y posteriormente, derivado a su fallecimiento y la de varios compañeros que murieron con él al caer el helicóptero en el que viajaban, continúo la estrategia el Lic. Eduardo Tomás Medina Mora Icaza de quien fui su asesor jurídico y de asuntos especiales
La estrategia, tenía de origen la buena intención de darle paz a los mexicanos y también contenía una importante vertiente para incrementar la cooperación con los Estados Unidos de América, por lo que se impulsaron diversas acciones que llevaron muchas horas, platicas y reuniones con autoridades mexicanas y estadounidenses, dando como resultado la Iniciativa Mérida; un programa de cooperación de seguridad establecido por los Estados Unidos en acuerdo con México y los países de Centroamérica para combatir el narcotráfico y el crimen organizado. El acuerdo fue aceptado por el Congreso de los Estados Unidos y activado por su Presidente en aquel entonces, George W. Bush el 30 de junio del 2008, para esa fecha, México ya tenía un nuevo gobierno estaba entrando el Presidente Felipe Calderón, dando continuidad a diversas acciones por pertenecer al mismo partido político que su antecesor Vicente Fox.
Las elecciones presidenciales del 2 de julio de 2006; fueron oficialmente las más competidas en la historia de México (Pronostico que para el próximo año 2024 serán igual de competidas pero más intensamente disputadas, porque ahora gobierna quien fuera el candidato perdedor en 2006 y está realizando acciones antidemocráticas y anticonstitucionales para afectar al Instituto Nacional electoral y a su Tribunal con la finalidad de mantener el control político como lo tenía en el pasado el PRI).
El candidato declarado como ganador en el 2006 por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, fue Felipe Calderón, postulado por el PAN con una mínima diferencia de 0.56% sobre su oponente Andrés Manuel López Obrador de la Coalición Por el Bien de Todos. La oposición representada por esta coalición electoral denunció diversas irregularidades en torno al proceso electoral, antes, durante y después de la jornada comicial del 2 de julio. Lo que originó una gran distracción del gobierno entrante para realizar otras tareas, porque el objetivo principal giraría ahora en la legitimación de Calderón.
En la noche del 15 de septiembre de 2008, en plena celebración del grito de independencia, el ataque con explosivos contra civiles durante esos festejos patrios de México marcó la llegada de la pesadilla del Gobierno en su cruzada contra los cárteles de la droga: el narco-terrorismo como arma del narcotráfico, algo no visto desde la Colombia de la década de 1980.
En una fuerte respuesta, el presidente Felipe Calderón envió a decenas de miles de soldados y policías a las calles en distintos puntos del país para combatir al narcotráfico; la estrategia tuvo importantes aciertos, pero también importantes errores.
El concepto de un cártel unificado es problemático, porque son redes que integran una amplia franja de la población, incluidos políticos corruptos, policías y empresarios. Son intrínsecamente multinacionales e integran a ciudadanos estadounidenses y ciudadanos con doble ciudadanía en sus organizaciones en ambos lados de la frontera, incluidos los traficantes de armas con base en los EE. UU. que proporcionan un flujo constante de material bélico y de personas que vienen a México a entrenar y capacitar a sicarios para que puedan tener la destreza en el uso de ese armamento. Todo esto fue un entorno plagado de incertidumbre, porque no estaban las instituciones preparadas para enfrentar al crimen organizado, la mayoría de las policías municipales y estatales completamente vinculadas con criminales, mal entrenadas, pesimamente equipadas y con sueldos y prestaciones económica muy limitadas, aunado a ello, un sistema de justicia penal que tenía que evolucionar a velocidad relámpago hacia un nuevo sistema de justicia oral. Los Sistemas de Control y Confianza no se daban abasto para atender la emergencia y por otra parte, se requería más estado de fuerza para controlar los territorios dominados por el crimen organizado. Se optó por más apoyo de la fuerza militar y dotar de recursos y materiales a la Policía Federal que en aquel entonces el Secretario de Seguridad era Genaro García Luna, (historia de traiciones que está en controversia en un juzgado de Nueva York, donde se juzgó a García Luna por tener vínculos con el Cartel del Pacifico y que hoy está pendiente la sentencia que dicte el juez dela causa) En aquel entonces; se discutió mucho sobre la necesidad que se tenía que mrcar las reglas para solicitar todo el apoyo de las fuerzas armadas, porque no había fuerza civil que pudiera hacer frente al Crimen Organizado Trasnacional y a la delincuencia común, pero el gran error, es que no se potencializó la inversión en las policías municipales y estatales, así como a las fiscalías de cada entidad federativa, el recurso para fortalecerlas, caía a cuenta gotas, la estrategia, resultó un fracaso. Esa es la realidad, los datos lo dicen así, creció la violencia, no hay manera de decir otra cosa y continuó en el siguiente gobierno, con el rotundo regreso del PRI a la Presidencia con Enrique Peña Nieto.
Pero lo increíble es que hoy, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que prometió mejorar la situación, no solo se sigue los mismos errores de abandono a las policias locales y de enviar más militares a las calles. La tarea que quedo pendiente consistente en apoyar a las policías estatales y municipales para fortalecer no se ha cumplido y que decir sobre las acciones para depurar las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley desde lo federal a lo local, sino que además, Lopez Obrador, derivado a la detención en los Estados Unidos, del General ex secretario de la Defensa Nacional de México Salvador Cienfuegos, frenó el camino andado en materia de cooperación con los Estados Unidos, hoy la iniciativa Mérida quedo atrás, y se propuso un nuevo acuerdo denominado Entendimiento Bicentenario, acuerdo que desde la vista de muchos analistas esta corto y muy limitado frente a los actuales desafíos que enfrentan y enfrentaran las dos naciones. Lo que debe impulsarse es un Nuevo Tratado Internacional en materia de Seguridad y Defensa y sumar en ese tratado a Canadá, al tiempo de concretar los instrumentos necesarios jurídicos internacionales con los países de Centroamérica como Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador, con una visión de integración global y dejar atrás ideas retrogradas nacionalistas para tener una región absolutamente bien integrada.
En el pico de la guerra contra el narcotráfico de Calderón, había un poco más de mil militares encargados de la seguridad pública del país y una Policía Federal recibiendo amplios recursos de la iniciativa Mérida y de otras partidas presupuestales para su fortalecimiento.
Hoy, en el gobierno López obrador supuestamente no militarista, hay más de 100 mil elementos de las Fuerzas Armadas, y estaría bien si funcionara, pero en lo que lleva, un poco más de cuatro años, ya tiene más muertos que los que se registraron con Calderón y Peña Nieto. Es imposible que tengas un resultado distinto si siempre haces las mismas cosas. Cómo creen que hacer más de lo mismo les va a traer un resultado distinto, como ¿por qué?
Entonces existen muchos motivos en el interior del país y del exterior que rechazan esta estrategia del gobierno federal, por muchos motivos, entre ellos de legalidad, operativos y de despliegue.
Apostar únicamente por la militarización de la seguridad pública de este país, es un error, se debe invertir mucho para fortalecer las instituciones a nivel subnacional de seguridad y fortalecer los lazos de cooperación internacional, porque de no hacerlo, el resultado seguirá siendo un fracaso, no nada más en México, en el mundo, como a los ojos de todos hemos visto sucediendo.
Desde que se inició este viaje para enfrentar al crimen desde la administración de Vicente Fox con el Programa México Seguro, siempre establecimos que es muy importante la participación de la fuerzas ramadas, diseñamos una estrategia multiinstitucional donde todos, incluso la sociedad, deben formar parte, hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos, dice: claro que si pueden participar las fuerzas armadas en materia de seguridad pública, siempre y cuando sea, de manera extraordinaria, complementaria a las fuerzas civiles, subordinadas a las fuerzas civiles, fiscalizados por entes externos y temporal. Así también lo marca nuestra Constitución mexicana ¿Por que mantener las fuerzas armadas de manera permanente y no hacer nada para fortalecer a las fuerzas de seguridad civiles desde lo local?
Por eso hoy; debemos reflexionar para hacer algo distinto, cambiemos la estrategia de seguridad de Abrazos no Balazos ¿Hacia qué? En lo interno y a nivel Nacional; hacia una estrategia diferente, que busque desarticular el crimen organizado, no dejarlos pasar mientras están secuestrando, violando y extorsionando; acciones que logren desarticular con inteligencia a las organizaciones delictivas, inteligencia financiera para quitarles el poder económico, una Unidad de Inteligencia Financiera fuerte, robusta que persiga delincuentes no enemigos políticos. Eso es lo que necesitamos en el país.
Y a nivel Subnacional una estrategia de fortalecimiento de policías estatales y municipales, porque, perdón, pero solo basta ver los datos del INEGI, en México hay 30 millones de delitos al año, 30 millones, 27 cuando bien nos va y, hay 34 mil homicidios dolosos, no los estoy minimizando, pero 30 millones contra 34 mil, por favor. Cuando se le pregunta a la gente: ¿Cuál es tu primer contacto con seguridad, con la inseguridad? ¿Qué te contesta? Te contesta el 60 % de la gente: “…salgo de mi casa y en el parque están tomando, se están drogando y me da miedo; voy caminando y no hay alumbrado y me asaltan, me roban en el transporte, me roban en mi casa, me roban el carro…” Eso contestan.
¿De verdad creen que hace sentido que militares anden patrullando en las colonias de este país? ¿Eso creen que es la respuesta a la seguridad pública?
Claro que No; la respuesta es fortalecer a la policía estatal y municipal y crear un cuerpo civil nacional de élite que se haga cargo de combatir los delitos de alto impacto y desarticulen las organizaciones generadoras de violencia, la responsabilidad es compartida, le corresponde al gobierno federal que es combatir al crimen organizado y a los estados y municipios la delincuencia común; porque aquí en México, se la llevan decadas, echandose la bolita (la culpa unos a otros), Los responsables constitucionalmente de combatir al crimen, son los tres órdenes de gobierno, lo es hoy con Morena, lo fue ayer con el PRI y lo fue antier con el Partido Acción Nacional y ahí hay que exigir resultados.
Tenemos que hacer las cosas distintas para tener un resultado distinto frente a la actual crisis de seguridad y defensa; pero también a nivel Internacional, en México tendremos que cambiar del pensamiento retrograda proteccionista, a un pensamiento de integración global para el beneficio de la región económica más importante del planeta, integrada por Canadá, Estados Unidos y México en la América Septentrional.
Dicen que la crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’. Sin crisis no hay desafíos.
Ante el evidente fracaso en la estrategia de seguridad impulsada por el Presidente de México; en Estados Unidos hay un movimiento creciente para impulsar la autorización el uso de la fuerza militar contra los cárteles mexicanos, pero este movimiento, no estaría creciendo si en México se hicieran las cosas bien y de manera distinta de las que se están haciendo hasta ahora.
Para solucionar esta crisis, no existe otro camino que ponerse a trabajar, desde lo interno y hacia el exterior; porque las reacciones de enojo y discursos falsos de López Obrador negando la realidad y sin sentido de nada sirven, al contrario, es como querer apagar el fuego con gasolina, los políticos estadounidenses no son los políticos mexicanos y eso lo debe tener en el radar el Presidente López Obrador.
Desde una óptica simplista y visceral, el uso unilateral de la fuerza militar estadounidense en territorio mexicano, efectivamente, podría resultar en la desarticulación de los cárteles y los laboratorios, eso, no queda la menor duda; sin embargo, no reducirá el flujo de drogas ilícitas, incluido el fentanilo, porque existe otra gran puerta que no está del todo vigilada y es por donde también operan los carteles mexicanos y es la frontera con Canadá.
En estos días observamos el Histórico e importante acuerdo que anunciaron Trudeau y Biden para detener cruces fronterizos irregulares entre EEUU y Canadá, un gran paso, pero no es suficiente si no se establecen por medio de un Tratado Trilateral de Seguridad y Defensa, las reglas del juego, tanto para el presente y el futuro a nivel región, integrando a México, Estados Unidos y Canadá.
Por otra parte; si Estados Unidos tomara la determinación de intervenir en México con el uso de la fuerza militar de manera unilateral, los estadounidenses correrían el riesgo de otra aventura militar desenfrenada y un daño severo a las relaciones bilaterales con el número dos de Estados Unidos.
Una buena estrategia debe articular claramente su objetivo y luego desarrollar un plan formado de recursos para lograrlo. ¿Cuál es el objetivo de Estados Unidos reducir las muertes por consumo de drogas principalmente el fentanilo? ¿Destruir grupos criminales que realizan actividades terroristas en diversos puntos de México, dominando parte del territorio mexicano y que esta ingobernabilidad mexicana es un grave desafío a los intereses estadounidenses? ¿Cuál es el objetivo? Los defensores del uso de la fuerza militar estadounidense en México; argumentan que desatar a su ejército sobre los cárteles mexicanos detendrá el flujo de fentanilo y reducirá la cantidad de sobredosis. Pero no necesariamente producirá ese efecto y posiblemente producirá efectos no deseados. Es decir sería peor el remedio que la enfermedad si esa decisión la hicieran de forma unilateral.
Trabajar en forma coordinada y a través de las reglas de un tratado internacional es la clave, y desde luego, que es muy importante el apoyo o la acción militar, ya que pueden desmantelar las organizaciones delictivas transnacionales. Esto puede ser extremadamente valioso, sobre todo, cuando estos grupos son una amenaza directa para la región. Pero la forma correcta seria a través de un tratado internacional.
Aun así; apesar de que Estados Unidos cuente con el apoyo del país receptor de la ayuda militar estadounidense, puede tener graves consecuencias si no se articula bien la estrategia, con los objetivos bien determinados y las reglas de operación bien delineadas, simplemente resulta importante recordar el caso de Colombia y los cárteles de Medellín y Cali. Con un costo de $10 mil millones de dolares, el Plan Colombia fue fundamental para aumentar la estabilidad, pero como estrategia antidrogas no hizo mella.
Lo que paso en Colombia; es que se fortalecieron los Carteles Mexicanos en esa Zona y desde Ecuador ampliaron sus ramificaciones delictivas, traficando entre otras cosas, grandes cantidades de cocaína y drogas sintéticas, encontrándose actualmente, una producción con niveles récord de cocaína, superando las 900 toneladas al año. También resulta necesario analizar los nuevos sembradíos y laboratorios de cocaína en Guatemala, centroamerica y México.Hace una década, las fuerzas de seguridad mexicanas libraron una guerra total contra Los Zetas. Ese cartel nunca se recuperó, pero el narcotráfico no perdió el ritmo, y surgieron nuevos cárteles para llenar el vacío. Osiel Cárdenas Guillen, líder del Cártel del Golfo y quien fuera el creador de Los Zetas, podría salir de prisión en agosto de este 2023. Luego entonces; si el objetivo de Estados Unidos es reducir las sobredosis de drogas, el uso de la fuerza militar no logrará este objetivo.Es importante mencionar que la Administración de Control de Drogas DEA recibió el “Informe sobre la Revisión de Operaciones Extranjeras de la Administración de Control de Drogas”, que contiene hallazgos y recomendaciones para evaluar las operaciones en el extranjero, mejorar los esfuerzos de integridad y maximizar el impacto del trabajo global. DEA solicitó la revisión integral en agosto de 2021 para evaluar las fortalezas y debilidades “FODA” en sus operaciones en el extranjero. El equipo de revisión independiente estuvo dirigido por Jack Lawn, ex administrador de la DEA de 1985 a 1990, y Boyd Johnson, socio de WilmerHale, quien anteriormente se desempeñó como fiscal federal adjunto y fiscal federal adjunto en el Distrito Sur de Nueva York. , donde lideró la Unidad de Narcotráfico Internacional y la Unidad de Corrupción Pública. Esta revisión es la primera de su tipo en los 50 años de historia de la DEA.
De igual forma con independencia del informe de la DEA; se encuentra una legislación pendiente en el Congreso contra los cárteles mexicanos que proporcionaría un margen demasiado amplio para la acción militar letal, pero si se hace de forma unilateral como plantean lagunas voces muy radicales, Estados Unidos podría cometer graves errores, como los cometidos en las guerras contra el terrorismo y que todos sabemos cuáles fueron. (Irak y Afganistán).
Un tratado internacional en materia de Seguridad y Defensa; evitaría la disputa diplomática que actualmente está creciendo entre México y en Estados Unidos, pero el tratado debe ser Trilateral ya que es necesario sumar en esta corresponsabilidad a un país que se mantiene observando, pero que también, es parte del problema y ese país es Canadá y que también podría ser parte de la solución.
Si Estados Unidos toma la decisión unilateral de atacar a los carteles mexicanos con la fuerza militar, se romperían las relaciones de todo tipo, con consecuencias muy graves, y los competidores globales de Estados Unidos serían los mayores beneficiarios de esa ruptura en el comercio y otras vertientes, lo que afectaría también a Canadá.
Con una guerra de Rusia en territorio de Ucrania y las tensiones con China en aumento, iniciar un conflicto con México sería una mala práctica estratégica.
Un llamado simplista a una intervención militar impuesta de Estados Unidos a México es ciertamente una mala decisión, pero lo que realmente se necesita es una mesa de dialogo que tenga como finalidad un Nuevo Tratado, que sea Trilateral y que trascienda periodos de gobiernos, que contenga las reglas claras, sobre la defensa y la seguridad de la América Septentrional y defina los roles de cada agencia y su colaboración conjunta en los tres territorios respetando la soberanía nacional.
Se debe pensar en hacer cosas distintas para tener resultados distintos, hoy el fentanilo y las nuevas sustancias psicotrópicas están marcando diversas tendencias en producción, tráfico y consumo. El auge de estas drogas sintéticas ha degradado aún más la viabilidad de las actuales estrategias.
Un nuevo tratado Trilateral debe contener Políticas más inteligentes para ambos lados de la frontera de los tres países, con un agregado más, los tres países deberán definir además, las reglas de cooperación para sumar los esfuerzos en proteger, modernizar y vigilar la frontera sur de México, donde sin lugar a dudas, tendrán que definir otro tratado o acuerdos internacionales para sumar a los países de Centroamérica, principalmente Belice, Guatemala, Honduras y el Salvador.
La experiencia nos indica que el la participación de las fuerzas armadas en contra de los grupos generadores de violencia (narco-terroristas) es muy eficiente, pero no puede ir como una sola solución, debe estar acompañada de otras vertientes, porque la fuerza militar por si sola, no ha sido eficaz para disminuir el consumo de drogas y la violencia, para ello, se requiere una estrategia global más amplia, por lo que la fuerza militar sería parte de esa nueva estrategia, que deberá estar planteada en ese nuevo tratado internacional pero que no será la única, porque la estrategia internacional, deberá estar acompañada de otras soluciones más eficaces que se centren en la demanda de drogas ilícitas y limitar el daño causado por su uso, con independencia de desarticular a las organizaciones criminales generadoras de violencia. Los gobiernos de México; Estados Unidos y Canadá, harían bien en examinar estos nuevos objetivos, para evitar otra intervención militar unilateral estadounidense en suelo mexicano, costosa y mal concebida. El camino es la cooperación, colaboración y trabajo conjunto para encarar el asunto.