La migraciòn como arma en la guerra hibrida. En las guerras hibridas la migración es la nueva arma que guarda cierta relación con las campañas de manipulación y desinformación, al margen de los riesgos concretos que puede representar la llegada masiva y no controlada de personas en un país o región del planeta, toda vez de que lo que se busca ante todo, es generar polarización y fractura social. El uso de esta arma se está convirtiendo de uso común dentro de las amenazas híbridas porque se aprovechan de la fragilidad de las democracias occidentales.
Además, Occidente no cuenta con los mecanismos legales para responder en tanto que esta clase de acciones no satisfacen la definición tradicional de ataque, y tampoco queda clara cuál sería la respuesta legítima y proporcional, de forma que los países afectados se ven limitados a la imposición de sanciones.
Las amenazas a la estabilidad y la seguridad tienen lugar cada vez más en la “zona gris”, donde actores estatales y no estatales emplean tácticas híbridas, como la desinformación o los ciberataques.
¿Cómo está respondiendo la OTAN a estos desafíos? En La OTAN llevan a cabo entrenamientos específicos para responder a este tipo de ataques, además de crear equipos con expertos civiles y militares encargados, por ejemplo, de rastrear los culpables de ataques informáticos y descubrir los fallos que lo han hecho posible.
Frank Hoffman, académico y militar estadounidense, utilizó por primera vez el término “guerra híbrida” para describir el conflicto en el Líbano entre el ejército israelí contra Hezbolá.
La OTAN trata de encontrar la forma de dar respuesta a estas amenazas, que en muchas ocasiones no se rigen por las normas de derecho internacional y se aprovechan de debilidades sistémicas de las democracias liberales.
A pesar de que existen muchas maneras de explicar el concepto de guerra híbrida, quizá la más sencilla sea ofreciendo una definición negativa, esto es, como cualquier alternativa a un conflicto tradicional entre dos o más ejércitos profesionales y caracterizado por el uso de la fuerza letal para hacerse con el control de un determinado territorio.
En este sentido, el término podría incluir guerras contra actores no estatales y organizaciones terroristas, así como cualquier ataque no convencional con independencia del responsable, por ejemplo, los ciberataques donde existe un gran vacío legal y son también una forma de hacer la guerra que aparece de forma natural conforme se desarrolla la tecnología y surgen nuevos ámbitos de interacción humana.
En el caso de los ataques informáticos es todavía más difícil rastrear a los responsables, además de poder causar daños multimillonarios y dar acceso a información crítica con un nivel de profundidad que hasta hace años parecía impensable.
Relacionado también con las nuevas tecnologías, el arsenal híbrido incluye las campañas de desinformación y de manipulación electoral.
En los últimos años; tenemos en el radar el aumento cada vez mayor de una crisis de refugiados y de emigrantes, pero es a partir del año 2021, donde hemos presenciado como algunos gobiernos han provocado de forma deliberada movimientos migratorios con la intención de obtener unos fines políticos concretos, representando así una nueva forma de ataque híbrido contra la soberanía de un país.
Por lo tanto; se debe diseñar una estrategia supranacional que impulse el trabajo legal y político para crear los mecanismos oportunos para responder a los ataques híbridos y, sobre todo en lo relativo a la manipulación en las redes sociales, trabajar para conseguir una sociedad resiliente y más informada.
Comparto el siguiente documento titulado Concepto de Guerra Híbrida y su Relevancia para América Latina de mi queridísimo Dr. Román Ortiz; Profesor adjunto del Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa, William J. Perry, quien detalladamente y de forma muy clara nos explica este dilema conceptual con la finalidad de establecer algunos criterios para definir qué desafíos de seguridad merecen ser analizados desde la perspectiva de los conflictos híbridos, un documento muy interesante.
Carme Colomina, investigadora principal de CIDOB y co-editora del CIDOB Report Amenazas híbridas, orden vulnerable, afirma en RTVE-PLAYque una guerra híbrida es la guerra fuera de la guerra, y las nuevas guerras híbridas usan el agua, el hambre y la migración como armas.
¿Qué hacer ante esta mirada sobre la migración como arma en una guerra hibrida? ¿Se debe apostar de manera cada vez más abierta por la militarización fronteriza y en ese sentido, como evitar que la estrategia de seguridad y defensa se aleje de cualquier paradigma de derechos humanos?
Es una realidad que el fenómeno migratorio y estos grandes flujos, han sido utilizados por Estados que, al no poder obtener acuerdos económicos o políticos bajo los lineamientos de la comunidad internacional y su orden actual, empujan sus agendas convirtiendo a la persona en movilidad en estas amenazas híbridas, que están en los bordes de lo conocido en el tema de defensa y de la seguridad internacional y se están convirtiendo directamente en conflictos híbridos, cuyo uso indiscriminado de actores vulnerables como desplazados, migrantes y gente en calidad de refugio viola el derecho y la costumbre internacional y los derechos básicos de las personas, minando adicionalmente el principio de la soberanía, base del orden y del equilibrio mundial desde 1648, así como el principio de no injerencia de la Carta de las Naciones Unidas, los derechos esenciales para la protección de los refugiados de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, la Convención de 1951 sobre refugiados y su principio de no devolución y el Protocolo de 1967 sobre el Estatuto de Refugiados.
Por lo que las amenazas híbridas migratorias son una preocupación directa y legítima de los Estados afectados y no se puede plantear, simplemente, el concepto de nuevas amenazas, seguridad humana o amenazas multidimensionales, cuando es claro y se está observando, que esas amenazas están combinándose con las fuerzas políticas de los Estados y con el uso de los actores militares clásicos.
La amenaza híbrida de la migración es un concepto prácticamente nuevo en el estudio de Seguridad y de Defensa; no obstante, el hecho de ser analizado desde una mirada ampliadora de la seguridad lo ha relegado a un sentido todavía controversial, por lo tanto es importante estudiar el fenómeno, adicionalmente, plantear acciones preventivas y estudios prospectivos ante posibles usos de este tipo de accionar entre los países, sobre todo, en Latinoamérica, donde el narcotráfico y el crimen organizado pueden tener agendas y recursos que pueden tranquilamente, competir con los de las naciones y ante un mundo complejo, de sinergias globales, los Estados deben cultivar la resiliencia y la Inteligencia suficientes ante estas recientes problemáticas.
En ese sentido, cuando se habla de desestabilización, se entiende que se parte de algo que es estable, de un orden, lo que nos deja la siguiente reflexión ¿La guerra híbrida se lanza contra el orden establecido o estamos en un orden vulnerable afectado por las guerras híbridas? ¿Quiénes son las víctimas de la guerra híbrida? Y si la guerra híbrida está para quedarse ¿Cómo se combate? Y ¿Cómo se dará respuesta precisamente a estos desafíos?