Expansión del Yihadismo en África: Lecciones de Afghanistán y Siria.
Introducción
El yihadismo ha encontrado en el Sahel africano un terreno fértil para su expansión, replicando patrones observados previamente en Afganistán y Siria. Grupos como el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) y el Frente de Liberación del Azawad (FLA) están forjando alianzas que podrían redefinir la dinámica de poder en la región. Este artículo analiza cómo la experiencia de estos países ofrece lecciones cruciales para comprender y abordar la creciente influencia yihadista en África, destacando las estrategias de islamización, control territorial y propaganda utilizadas por estos grupos.
El Sahel se ha convertido en un epicentro del avance yihadista, con la creciente influencia de grupos como el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) y los rebeldes del norte de Mali, el Frente de Liberación del Azawad (FLA). Recientemente, se han revelado negociaciones entre estos movimientos, lo que podría dar lugar a una alianza político-militar en la región. Este fenómeno no es aislado; en el pasado, situaciones similares se han dado en Afganistán y Siria. Lo que ocurre en el Sahel no es solo un conflicto local, sino una crisis con profundas implicaciones geopolíticas, capaz de reconfigurar la seguridad regional e influir en la estabilidad de África y otras partes del mundo.
El Modelo de Islamización y Control Territorial
Al Qaeda ha demostrado en distintos conflictos que su objetivo no es tanto establecer gobiernos en su nombre, sino influir en la islamización de territorios bajo su control. En Afganistán, los talibanes tomaron el poder tras un prolongado conflicto, aplicando un modelo de gobernanza basado en la interpretación estricta de la ley islámica. En Siria, los grupos yihadistas han seguido una estrategia similar, reorganizándose bajo diferentes nombres pero manteniendo la misma ideología. JNIM podría estar replicando este patrón en Malí, buscando una posición de poder dentro del país mientras expande su influencia en otras regiones.
Uno de los aspectos clave de las negociaciones con el FLA es la desvinculación formal de Al Qaeda. Sin embargo, esto no implica un alejamiento ideológico, sino una estrategia para lograr mayor aceptación y legitimidad entre la población y los actores locales. Al desvincularse nominalmente de Al Qaeda, estos grupos pueden presentar una imagen más pragmática y centrada en resolver problemas locales, lo que les permite consolidar su influencia sin generar el rechazo inmediato de la comunidad internacional.
Factores que Favorecen la Expansión del Yihadismo en el Sahel
- Crecimiento de la población y falta de oportunidades: El incremento demográfico en la región, junto con la pobreza y el desempleo, crea un terreno fértil para el reclutamiento de nuevos combatientes.
- Radicalización religiosa: La presencia de imanes extremistas facilita la difusión de la ideología yihadista, promoviendo la movilización de sectores vulnerables de la población.
- Falta de previsión de Occidente: En Afganistán y Siria, Occidente subestimó la capacidad de estos grupos para adaptarse y expandirse. En el Sahel, se está repitiendo el mismo error, permitiendo que estos movimientos se consoliden antes de que se tomen medidas efectivas.
Los Intereses de Actores Internacionales
- Rusia en África: Su presencia en la región no responde a un interés humanitario, sino a la necesidad de asegurar su acceso a recursos naturales. Si el yihadismo se expande, Rusia se verá obligada a enfrentarlo para mantener su posición en la región.
- Occidente: Las decisiones políticas están más influenciadas por la opinión pública y los cálculos electorales que por una estrategia efectiva contra el yihadismo, lo que podría facilitar su expansión.
Islamización como Herramienta de Control Político
La religión desempeña un papel fundamental en la organización social de muchos países del Sahel. En este contexto, la aplicación de normativas islámicas puede ser vista por ciertos grupos como una herramienta de estabilidad y cohesión. En algunos casos, los gobiernos han utilizado la islamización como un mecanismo para consolidar el poder, argumentando que la implementación de un sistema basado en valores religiosos contribuye al orden y la paz social.
Los talibanes en Afganistán han aplicado este modelo, promoviendo una estructura de gobierno basada en la ley islámica que, a pesar de sus críticas internacionales, ha sido aceptada por ciertos sectores de la población que perciben en ella una fuente de estabilidad. Un escenario similar podría desarrollarse en Malí si JNIM logra establecerse dentro de un gobierno estable. Si esto sucede, podría convertirse en un modelo para otros grupos en la región, hasta donde llega al brazo de JNIM, que buscarían replicarlo en sus respectivos países.
La Estrategia Propagandística de Al Shabaab
Al-Shabaab, la filial de Al Qaeda en Somalia, ha desarrollado una estrategia propagandística sofisticada a través de su agencia de noticias, Shahada News, establecida en 2013. Esta agencia se ha convertido en el principal medio de difusión de noticias relacionadas con las operaciones de Al-Shabaab, incluyendo ataques y ejecuciones, y publica contenido en árabe y en inglés.
Una de sus principales técnicas consiste en publicar contenido propio sin referencias explícitas al yihadismo, enfocándose en problemas de gobernanza y corrupción para posicionarse como una alternativa viable al gobierno somalí. Además, Al-Shabaab ha comenzado a utilizar artículos de prensa occidental y de otras fuentes que, aunque no sean afines a su ideología, contienen análisis críticos sobre la situación en Somalia. Estos artículos les sirven como herramienta de validación externa, permitiéndoles reforzar su narrativa sin necesidad de producir contenido propio que pueda ser percibido como sesgado.
Este enfoque les permite ganar legitimidad y aceptación, tanto dentro como fuera de Somalia, ignorando su faceta yihadista y presentándose como una fuerza política renovada que, en ciertos aspectos, parece alineada con algunas posturas occidentales. Se trata de una estrategia de influencia que podría fortalecer su posicionamiento en la región y aumentar su capacidad de atracción para nuevos reclutas y simpatizantes.
Además, Al-Shabaab ha expandido su presencia en plataformas digitales, incluyendo redes sociales como Facebook, Twitter (ahora X), Telegram y WhatsApp, adaptándose a las tendencias de comunicación modernas para llegar a una audiencia más amplia. Esta adaptación tecnológica facilita la difusión de su propaganda y refuerza su capacidad para influir en diversos públicos.
Sin embargo, detrás de esta aparente moderación, existe un aparato propagandístico bien estructurado vinculado a Al Qaeda, diseñado para conseguir objetivos estratégicos a medio plazo. Esta sofisticada estrategia de comunicación no es casual, sino parte de un plan mayor para asegurar su lugar dentro del gobierno de Somalia, aprovechando el vacío de poder y la falta de una respuesta internacional efectiva.
Conclusión
El avance del yihadismo en el Sahel sigue un patrón similar al de Afganistán y Siria, con actores locales que han aprendido a modular su discurso y establecer alianzas estratégicas para lograr legitimidad y consolidar su poder. Al Qaeda y sus afiliados han perfeccionado su capacidad para insertarse en dinámicas políticas locales, adaptando sus estrategias sin renunciar a sus objetivos fundamentales.
A través de una combinación de insurgencia armada, islamización progresiva y propaganda sofisticada, estos grupos están logrando posicionarse como actores legítimos dentro de los conflictos locales, replicando un modelo que ya ha demostrado ser exitoso en otras regiones.
La falta de una respuesta estratégica por parte de la comunidad internacional, junto con la crisis de gobernanza en muchos países africanos, está allanando el camino para la consolidación del yihadismo en el Sahel. Si estos grupos logran afianzarse, no solo representarán una amenaza para la estabilidad de la región, sino que podrían utilizarla como plataforma para expandir su influencia más allá de África. Ignorar esta realidad sería repetir los errores del pasado, con consecuencias que podrían sentirse a nivel global. Aunque en el futuro el yihadismo reciba otro nombre, su esencia permanecerá inalterada.