Elecciones en Venezuela 2024: Se respetaran los resultados gane quien gane ¿Qué viene después del día de las votaciones
El domingo 28 de julio de 2024, Venezuela tiene elecciones presidenciales para elegir al presidente para el período 2025-2031. Este proceso electoral podría llevar al país a una consolidación autoritaria de Nicolás Maduro o a un proceso de transición democrática. De los diez candidatos inscritos, destacan dos: el actual presidente Nicolás Maduro, representante del chavismo y del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), y Edmundo González, representante de la oposición a través de la Plataforma Unitaria Democrática.
Este proceso electoral venezolano; se está desarrollando en medio de una crisis institucional y con dificultades para la oposición, precedidas por el Acuerdo de Barbados de octubre de 2023 sobre garantías electorales firmado entre el gobierno y la oposición, y que hizo que Estados Unidos fuese más flexible con las sanciones petroleras en Venezuela.
Es evidente de acuerdo a las diversas denuncias y acusaciones que se pueden consultar en diferentes medios de información que este pacto se ha violado repetidamente por el gobierno de Maduro, lo que provocó el regreso a las sanciones en abril.
Ante los diversos escenarios que se pueden plantear ante estos comicios, destacan desde una victoria aplastante de la oposición, pasando por un improbable triunfo ajustado de Maduro, hasta, la inhabilitación del candidato opositor, o incluso, la suspensión o el amaño del proceso electoral, donde la oposición va totalmente unida bajo una sola coalición, algo que no ocurría desde hacía casi 10 años. Además, Nicolás Maduro tiene actualmente los niveles de popularidad muy bajos, tras las diferentes crisis que ha atravesado el país y que más adelante analizaremos. Asimismo, en estos comicios los países cercanos a Venezuela tienen la alarma puesta por los posibles resultados que no sean respetados gane quien gane, pierda quien pierda, toda vez que estas regiones no quieren que vuelva a suceder lo de años atrás, y enfrentar una crisis migratoria de venezolanos sin precedentes.
Se debe tener en cuenta que el sistema electoral venezolano está administrado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que tiene la misión de supervisar todas las etapas del proceso electoral. La votación se realiza electrónicamente, utilizando máquinas de votación que autentican al votante y permiten seleccionar candidatos en una pantalla táctil.
Posteriormente, se genera un comprobante en papel que se deposita en una urna física.
Pese a que el sistema electoral venezolano cuenta con tecnología avanzada y procedimientos que teóricamente deberían garantizar la transparencia, en la práctica se ha socavado por una serie de manipulaciones y prácticas deshonestas que benefician al régimen de Nicolás Maduro. Estas irregularidades generan desconfianza respecto a la legitimidad de los procesos electorales en Venezuela.
Estos comicios se realizan por mayoría simple. El candidato que obtenga la mayor cantidad de votos será el presidente, independientemente de si llega o no al 50% de los apoyos. Esto se diferencia de otros países, donde hay un sistema de doble vuelta.
Lamentablemente; el sistema electoral venezolano está acusado de manipulación a favor del régimen de Nicolás Maduro y existen múltiples denuncias de irregularidades que ponen en entredicho la transparencia del proceso electoral en Venezuela, como por ejemplo, que el Consejo Nacional Electoral está acusado de estar inclinado a favor del gobierno, en virtud de que la composición del CNE y sus decisiones suelen favorecer al partido gobernante, generando desconfianza en su imparcialidad.
Debemos tener en el radar que también a través de diversos informes se ha señalado que, aunque el sistema de votación electrónica es teóricamente seguro, el proceso de transmisión y totalización de los votos se ha manipulado en otras ocasiones para favorecer al gobierno. Por ejemplo, en las elecciones de 2017, la empresa Smartmatic, encargada del software de votación, denunció manipulación de los resultados por parte del CNE.
Al proceso electoral actual; se le califica de amañado, por existir a través de la historia reciente datos que aseguran que en las elecciones anteriores el gobierno utilizó recursos del Estado y mecanismos de coacción para influir en los votantes, verbigracia, el uso de los puntos rojos cerca de los centros de votación, donde se controlan las votaciones de los beneficiarios de programas sociales, presionándolos para votar por el partido oficialista de Nicolás Maduro.
También es clara la maniobra de Maduro para debilitar a la oposición por medio del uso de la fuerza del Estado, ya que el régimen ha impedido la participación plena de la oposición, inhabilitando a candidatos opositores, arrestando a líderes políticos, reprimiendo protestas o cerrando negocios que prestaban servicios a miembros opositores y aunque se hacen auditorías del sistema, hay dudas sobre su independencia y efectividad.
Los observadores internacionales han señalado que estas auditorías no siempre son transparentes ni inclusivas, limitando la posibilidad de detectar y corregir irregularidades.
Es importante reflexionar algo muy interesante antes de las elecciones presidenciales venezolanas mañana domingo 28 de julio en el escenario geopolítico actual, teniendo en cuenta que desde el comienzo de la campaña electoral y el anuncio del proceso electoral en el mes de marzo, partidos políticos y ONG venezolanas han denunciado públicamente el uso de desinformación, agresiones verbales y físicas, e incluso amenazas de muerte por parte de los simpatizantes chavistas y el ejército de liberación nacional (ELN), lo que plantea una situación difícil en virtud de que Venezuela, como nación sudamericana que se encuentra bendecida por una rica diversidad natural y recursos abundantes, se enfrenta desde hace tiempo a un contexto complejo y desafiante originado por malos gobiernos y/o administraciones que dicho sea de paso hace que la situación política en Venezuela sea uno de los factores más debilitantes y problemáticos para ese país, convirtiéndose al mismo tiempo, un factor fundamental que ha contribuido a la grave crisis, de seguridad pública, económica y social que vive Venezuela, impulsando una fuerte polarización política extrema, con una debilidad institucional y falta de consenso que han obstaculizado la implementación de políticas públicas efectivas para abordar los problemas más urgentes del país y es que la sociedad venezolana está profundamente dividida entre quienes apoyan al gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, liderada actualmente por el diplomático Edmundo González.
En este proceso electoral; como los que le han antecedido, se mantiene un grave problema que radica en los presuntos casos de fraude electoral, corrupción y violaciones de derechos humanos provenientes del bando de Maduro, el cual controla el poder legislativo, el ejército, la policía, el sistema judicial, el consejo electoral nacional, el presupuesto del país y gran parte de los medios de comunicación, por no mencionar los violentos grupos paramilitares, que provocan inestabilidad y que también afecta a los ciudadanos de a pie, por la violencia política hacia la sociedad venezolana, que ha sido reprimida violentamente cuando quieren protestar y manifestarse ha dejado un saldo importante de muertos y heridos. Todo esto con independencia de que desde 2016; la Asamblea Nacional ha estado controlada por la oposición, pero esto, ha generado un constante conflicto con el poder ejecutivo controlado por Maduro, quien ha calificado a este cuerpo gubernamental como ilegítimo y ha buscado socavar su autoridad, lo que ha impedido la aprobación de leyes y reformas importantes para abordar la crisis de seguridad pública, económica y social y en este mismo sentido, los constantes cambios en las leyes y regulaciones han generado incertidumbre y desconfianza en el sector privado, lo que ha desalentado considerablemente la inversión en el país, sumándole la falta de reconocimiento internacional por muchos países, que limita su capacidad para acceder a financiamiento extranjero y llegar a negociar acuerdos internacionales, provocando una crisis financiera con una escasez de bienes básicos y la contracción del PIB, que ha generado al mismo tiempo, una grave crisis humanitaria en Venezuela, que con respecto a la hiperinflación, el país ha experimentado esta crisis desde finales de 2017, con una tasa de inflación que alcanzó un máximo de 1.000.000.000% en 2019, según el Fondo Monetario Internacional, lo que implicaba que los precios se duplicaban cada día y que acabó devastando el poder adquisitivo de los venezolanos.
Ante este problema; es cierto que la hiperinflación se ha estabilizado un poco en los últimos años, pero aún se mantiene en niveles muy altos, con una tasa de inflación anual estimada en 236% para 2024 por el FMI, lo que está en debate electoral es desde luego, la forma de enfrentar todas estas características económicas en Venezuela y sobre todo el quid del asunto es la escasez generalizada de alimentos, medicinas y otros bienes básicos, toda una combinación de factores, como la caída de la producción nacional, la mala gestión económica y las sanciones internacionales durante los últimos años, porque la importante escasez ha llevado a largas filas de espera para conseguir alimentos o asistencia sanitaria, acaparamiento y violencia en los supermercados, farmacias, entre otros establecimientos públicos, resultado por una parte a que la economía venezolana contraída drásticamente desde 2013 y con una caída acumulada del PIB cerca del 70%, causada por una serie de elementos, incluyendo la caída de los precios del petróleo, la mala gestión económica y la hiperinflación con un impacto devastador en el nivel de vida de los venezolanos, con millones de personas que han caído en la pobreza, originando al mismo tiempo un impacto humanitario devastador y como resultado millones de venezolanos han sufrido de hambre, desnutrición y enfermedades, además de que se estima que entre 5 y 6 millones de venezolanos o incluso más, que han tenido que huir del país en los últimos años, buscando mejores oportunidades en otros lugares, desilusionados en gran parte por la corrupción e impunidad, así como la ineficiencia y la falta de transparencia en las instituciones públicas que han obstaculizado el desarrollo económico y social.
La corrupción, está generalizada en todos los niveles, desde el gobierno hasta el empleo más corriente, creando un ecosistema en donde las decisiones se toman a menudo con base en contactos, favores y soborno, en lugar del trabajo, interés público o mérito, incluso, la corrupción ha llegado a desviar recursos públicos de los programas sociales y la infraestructura a otros proyectos que no debían ir, lo que ha empeorado la seguridad y al mismo tiempo ha impulsado los cinturones de pobreza y ampliando la desigualdad, donde las instituciones públicas en Venezuela, son a menudo ineficientes y burocráticas, lo que dificulta a empresas y ciudadanos que obtengan o accedan a la justicia o a obtener permisos y servicios que necesitan y, a su vez, obstaculice el crecimiento económico. Esta ineficiencia también ha llevado a una mala gestión de los recursos públicos, y ha contribuido aún más a la crisis económica actual. Para completar los factores que afectan a la debilidad institucional, se encuentra la falta de transparencia del gobierno venezolano, donde impera la dificultad para acceder y obtener información pública, y promueve procesos de toma de decisiones no transparentes. Todo ello ha llevado a la creación de un ambiente de desconfianza e incertidumbre en su sociedad y desalentado la inversión y desarrollo genérico del país, trayendo como consecuencia un gran deterioro de la infraestructura crítica y falta de actualización, verbigracia, el sistema eléctrico, las carreteras y los servicios públicos que ha mermado la calidad de vida de la población venezolana.
En cuanto al sistema eléctrico, la población sufre apagones frecuentes y prolongados que afectan el funcionamiento de hogares, empresas y servicios esenciales como hospitales y escuelas. Junto a esto, el deterioro de la red eléctrica es grave, con cables desgastados, subestaciones sobrecargadas y equipos obsoletos. Pero también, por las circunstancias en general, existe una escasez de generación de energía limpia, debido a la falta de mantenimiento de las centrales hidroeléctricas y termoeléctricas, así como a la escasez de combustible, entre otros motivos. Respecto al importante deterioro de las vías y carreteras del país, podemos observar graves problemas como grietas, hundimientos y baches que dificultan y hacen peligrosa la circulación de vehículos, pero también se ha dado una reducción del número de carriles disponibles debido a la falta de mantenimiento y reparación, y en consecuencia la disminución de la seguridad vial lo que ha aumentado el número de accidentes de tráfico y una grave seguridad en las arterias de circulación por asaltos, secuestros y la perpetración de diversos delitos carreteros, a todas estas deficiencias en los servicios públicos, también demos sumar la escasez de agua potable que afecta el consumo doméstico, la higiene personal y el riego de enfermedades gastrointestinales y afectaciones a los cultivos, entre otras actividades cotidianas; como el deterioro de los sistemas de alcantarillado que también provoca un problema con las inundaciones y la contaminación ambiental que junto con la deficiente recolección de basura, genera focos de infección y enfermedades.
La mala calidad de la infraestructura ha tenido un impacto negativo en todos los aspectos de la vida en Venezuela y es un factor determinante para que el electorado se decida por la continuidad o por un cambio, pero esto no ha sido fácil de cambiar ya que los procesos electorales están llenos de irregularidades que impiden ese cambio democrático que ayude a contrarrestar esas debilidades de Venezuela y al no existir un cambio de gobierno, cabe destacar que debido a factores como la crisis de seguridad, económica, social y los anteriormente mencionados, se ha impulsad la emigración de profesionales y trabajadores calificados, lo que ha agudizado la escasez de mano de obra especializada, ya que esta fuga de talento en Venezuela se ha convertido en una crisis paralela a la económica y social que vive el país.
Simplemente; se estima que entre 2014 y 2023, más de 7 millones de venezolanos han emigrado, muchos de ellos profesionales y trabajadores calificados en diversos sectores, algunas de las razones por las que se ha dado esta salida son la crisis económica o el deterioro de la calidad de vida, pero también ha sido por otros motivos como las limitaciones profesionales debido a la escasez de recursos y falta de oportunidades para el desarrollo profesional; pero también, y esto es muy importante, por la violencia e inseguridad que ha ido aumentando en el país y ha llevado a que muchos ciudadanos decidan huir en busca de mayor seguridad para sus familias.
Esta fuga de talento y población ha llevado a consecuencias extremas, como la escasez de mano de obra calificada y especializada en campos como la salud, la ingeniería, la educación y la tecnología y una disminución de la productividad de las empresas y en la calidad de los servicios públicos, con una ralentización del desarrollo económico y la recuperación económica, y deterioro del capital social, debilitando así las redes de conocimiento y la capacidad para enfrentar futuros desafíos. Maduro no es Chávez y tampoco vive las bonanzas de las que el gobierno de Chávez disfrutó por el tema petrolero, toda vez que las fluctuaciones en el mercado internacional de hidrocarburos pueden afectar significativamente la economía venezolana en la actualidad y la economía del país, que depende en gran medida de la exportación de petróleo, de hecho, se estima que el petróleo representa más del 90% de las exportaciones del país y alrededor del 50% de los ingresos fiscales, resulta una amenaza para el gobierno de Maduro por los efectos que presenta esta volatilidad, entre ellos, estas fluctuaciones, que pueden generar gran incertidumbre en los ingresos del gobierno, dificultando a la vez la planificación y ejecución del presupuesto público y que también pueden afectar algunas variables macroeconómicas clave, como la inflación, la tasa de interés o el tipo de cambio que agrava la inestabilidad económica y su desarrollo, lo que afecta y amenaza al sector privado venezolano también, ya que muchas empresas venezolanas dependen de la cadena de valor del petróleo y se ven expuestas a riesgos operativos y financieros.
Todo esto también es un factor determinante para el electorado porque este mal manejo de la riqueza petrolera, agrava la desigualdad social, sobre todo en los sectores más vulnerables por reducción de ingresos, por lo que es importante tener en cuenta que la volatilidad de los precios del petróleo, es un fenómeno global que afecta a todos los países exportadores de hidrocarburos, así le ha pasado a México por ejemplo, pero en el caso de Venezuela, este factor tiene un impacto particularmente significativo, debido a la alta dependencia de la economía del petróleo que a diferencia de México el tratado comercial internacional en América del Norte le permite no depender todo en el petróleo como paso en tiempos de los presidentes Echeverría, López Portillo y Miguel de la Madrid. Pero Venezuela además de depender del petróleo tiene impuesta sanciones por Estados Unidos, la Unión Europea y otros países que han tenido un impacto significativo en la economía del país y amenazan al desarrollo económico.
Estas sanciones; también son determinantes en el electorado por que incluyen restricciones financieras, comerciales y diplomáticas, mismas que han limitado el acceso de Venezuela a financiamiento externo, lo que ha obstaculizado el comercio internacional y ello, ha contribuido a la profundización de la crisis económica en perjuicio del partido político del gobierno, quien ha sabido sortear ese obstáculo estirando una liga próxima a reventar y en consecuencia, estas sanciones han tenido varios efectos en la actividad económica de Venezuela, primeramente han dificultado el acceso a financiamiento externo como préstamos de organismos multilaterales y bancos internacionales, limitando su capacidad de financiar el gasto público y cubrir obligaciones.
Las sanciones impuestas a la estatal petrolera PDVSA, han reducido significativamente las exportaciones de petróleo. Estas sanciones; han dificultado también la importación de bienes básicos, agravando aún más la escasez que ya existía en el país. Y por último, la reducción de la oferta de bienes y servicios, que junto con la disminución de los ingresos del gobierno, ha contribuido al aumento de la hiperinflación que vive Venezuela. Todo un círculo de consecuencias una con otras, donde el país en esas circunstancias además debe enfrentar desastres naturales ya que se encuentra ubicado en una zona geográfica propensa a eventos como huracanes, inundaciones, sequías, deslizamientos de tierra y terremotos. Estos eventos pueden ocasionar daños materiales considerables, pérdidas de vidas humanas y graves impactos socioeconómicos.
Los huracanes pueden generar fuertes vientos, lluvias torrenciales, marejadas ciclónicas e inundaciones, causando daños a viviendas, infraestructura y cultivos. También existen intensas precipitaciones asociadas a tormentas tropicales, frentes fríos o el fenómeno de La Niña, que pueden provocar inundaciones en diferentes regiones del país, particularmente en zonas bajas y con sistemas de drenaje deficientes, las inundaciones pueden ocasionar daños a propiedades, interrupciones en los servicios básicos y desplazamientos de la población en general y por otro lado las sequías; que también son propensas en las regiones semiáridas y llaneras del país y que afectan a la disponibilidad de agua para consumo humano, agricultura y ganadería, lo que puede generar escasez de alimentos, pérdidas económicas y conflictos por el acceso al agua. Se debe tener en el radar que Venezuela se encuentra ubicada en una zona de sismicidad moderada, con mayor actividad en la cordillera de los Andes y la región nororiental, y los terremotos, pueden ser comunes y pueden ocasionar derrumbes de estructuras, daños a la infraestructura y víctimas fatales.
Estos desastres naturales han afectado y pueden seguir afectando a impactos socioeconómicos como desplazamientos forzados o interrupciones en la actividad económica, pero también daños materiales de viviendas, cultivo e infraestructuras que lleven tiempo reconstruir. Otro factor que influye en el electorado es la competencia regional por la inversión extranjera, que es un factor importante que Venezuela y que debe ser considerado para atraer capital y fomentar su desarrollo económico, muchos venezolanos podrían votar por la oposición para iniciar un camino hacia ese rumbo, que a todas luces con Maduro saben que no va a pasar, ya que otros países de América Latina y el Caribe, también buscan atraer inversiones, y algunos de ellos ofrecen condiciones más atractivas que las de Venezuela, lo que podría limitar las oportunidades para el país si Maduro sigue en el poder. Existen gran variedad de factores que influyen en la competitividad y en los que Venezuela debe tener especial atención ya que los inversionistas extranjeros, buscan entornos estables donde puedan operar con seguridad y previsibilidad y el electorado sabe que la inestabilidad política, la corrupción y la falta de Estado de derecho en Venezuela pueden disuadir a los inversores potenciales, por lo que en esta misma línea, la complejidad, la burocracia y la falta de seguridad jurídica en Venezuela pueden representar obstáculos para la inversión, por lo que un marco legal transparente, consistente y favorable a la inversión es fundamental para atraer capital extranjero, toda vez que el deterioro de la infraestructura en Venezuela es un factor negativo que limita su competitividad y la disponibilidad de infraestructura de calidad, como transporte, energía, telecomunicaciones y servicios básicos, es esencial para el desarrollo de las actividades productivas y para atraer inversiones donde también se brinde seguridad pública y un ambiente libre de violencia, para evitar la fuga de talento.
Venezuela presenta además un empeoramiento de la calidad de la educación que son aspectos que debilitan su competitividad porque tiene fuga de talentos y no tiene como remplazarlos, haciendo que la disponibilidad de mano de obra calificada y con el nivel educativo adecuado sea un factor importante para las empresas que buscan invertir en un país y Venezuela con el gobierno actual no puede ofrecerlo, pero la oposición a pesar de ofrecerlo, tendrá enormes retos que llevara varios años y generaciones para poder redireccionar el rumbo, en virtud que a nivel competitivo, algunos países ofrecen desde ya, mejores incentivos fiscales específicos para atraer inversiones a determinados sectores o regiones, y Venezuela en este sentido ha implementado algunas medidas, pero aún necesita fortalecer su oferta de incentivos para competir con otros países y esto hace que muchos electores tengan temor a cambiar de gobierno y que este nuevo gobierno no pueda cumplir en el corto plazo con las expectativas, haciéndolos dudar y optar por Maduro nuevamente, quien apuesta con varios métodos de convencimiento en el discurso electoral, como la riqueza natural de Venezuela que se encuentra llena de inmensos recursos y los más destacados se encuentran en primer lugar como ya se mencionó, las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, aproximadamente unos 304.000 millones de barriles y gracias a este recurso, se ha podido mejorar el desarrollo económico del país durante décadas y ha generado ingresos que han permitido financiar el gasto público y el bienestar social, pero también como ya mencione, actualmente, este recurso es difícil de explotar por diferentes motivos y Venezuela debe de encontrar la manera de sacar provecho a estas reservas petrolíferas de manera más eficiente y no como lo ha hecho.
También cuenta con vastos depósitos de minerales naturales como el oro, diamantes, hierro, coltán, níquel y bauxita principalmente, que son minerales que tienen gran potencial y diferentes aplicaciones, lo que permite diversificar la economía y generar ingresos por otros medios. Por su posición geográfica; Venezuela también posee importantes recursos hídricos, incluyendo ríos, lagos y acuíferos subterráneos que son esenciales para el consumo humano, la agricultura, la generación de energía hidroeléctrica y la conservación de los ecosistemas y de forma similar, el país también cuenta con gran extensión de bosques tropicales y con una rica biodiversidad de flora y fauna, de gran valor en términos ambientales, sociales y económicos, por lo que gracias a los paisajes naturales únicos y diversos como playas paradisíacas, montañas imponentes, llanos extensos y selvas tropicales, hace que Venezuela pueda presumir de un gran potencial para el desarrollo, que si se enfoca al bienestar y la seguridad pública, podría explotar otra industria altamente lucrativa como el turismo el cual le podrá generar ingresos y empleo.
La ubicación geográfica de Venezuela es un factor estratégico importante que le otorga diversas ventajas, así lo aprovecha el crimen organizado transaccional al ver el importante acceso a rutas marítimas y mercados internacionales. ¿Por qué el mercado licito no aprovecha esas oportunidades? Entre las principales ventajas se encuentran la extensa costa y acceso directo al Mar Caribe que le proporciona entrada a importantes rutas marítimas internacionales y comercio con países en América, Europa, Asia y África lo que convierte al país en un potencial hub logístico y comercial. Venezuela está ubicada en el extremo norte de América del Sur, lo que le permite servir como puerta de entrada a este mercado regional de gran potencial y cuenta además como ya mencioné, con una gran variedad de paisajes, incluyendo playas, montañas, selvas y llanos, lo que la convierte en un destino turístico atractivo para visitantes nacionales e internacionales.
Es importante también mencionar que el país alberga una de las biomasas más diversas del planeta, con ecosistemas únicos, alberga una amplia variedad de ecosistemas, entre los que se encuentra la Amazonía, con una porción significativa del Amazonas, el bosque tropical más grande del planeta y este ecosistema alberga una gran cantidad de especies de plantas y animales, muchas de las cuales aún no han sido descubiertas. Al igual que el Amazonas, Venezuela cuenta con el Parque Nacional Canaima, que alberga los icónicos tepuyes, que son mesetas de roca erosionadas que se elevan verticalmente desde la selva tropical. El parque incluye el Salto Ángel, la cascada más alta del mundo y también cuenta con Los Llanos, extensas sabanas venezolanas que son un ecosistema único que alberga una gran variedad de especies adaptadas a este entorno seco.
Es así que entre los animales más emblemáticos; podemos ver al caimán del Orinoco, la anaconda y el jaguar. En general, Venezuela cuenta con una extensa red de parques nacionales que protegen una gran parte de su biodiversidad, como el Parque Nacional Henri Pittier, el Parque Nacional Morrocoy y el Parque Nacional Archipiélago Los Roques, entre los más importantes. Esta riqueza natural en Venezuela más una población joven, el nuevo gobierno o si es Maduro, debe apostar por la educación de calidad para que sean en conjunto un alto potencial para contribuir al desarrollo de Venezuela, a pesar de enfrentarse a diversos desafíos como la fuga de talento o el deterioro del sistema educativo, toda vez que el país su población joven menor de 30 años, representa más del 60% de la población en su conjunto y significa oportunidades para un futuro desarrollo económico que cuente con una fuerza laboral joven y dinámica. Actualmente Venezuela cuenta con una extensa red de instituciones educativas, tanto públicas como privadas. En conjunto, la población venezolana posee grandes habilidades y talentos en áreas como la ciencia, la tecnología, la ingeniería, las artes y el emprendimiento.
Es verdad que existe muchos venezolanos e incluso, personas de otros países que desean que Venezuela cambie de gobierno, pero también es justo resaltar que a pesar de todos estos problemas por los que actualmente atraviesa, también podemos asegurar que Venezuela se destaca por su interesante cultura, producto de una rica mezcla de influencias indígenas, europeas y africanas y esta herencia se refleja en una amplia variedad de expresiones, incluyendo la música, con géneros como el joropo y la salsa; la gastronomía, con platos típicos como la arepa y la hallaca; las festividades, donde destacan el Carnaval y la Semana Santa; las artes, con reconocidos artistas en el cine y artistas como Arturo Michelena y Armando Reverón; y las leyendas indígenas, una riqueza cultural que no solo es un elemento fundamental de la identidad nacional, sino que también representa un importante atractivo turístico y un factor clave para el desarrollo social del país, por lo que la preservación y promoción de la cultura venezolana requiere del esfuerzo conjunto de quien sea el nuevo gobierno y que sea el beneficiado de las elecciones de mañana. Venezuela, es poseedora de las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, se encuentra ante un momento crucial en el contexto energético global y la creciente demanda mundial de energía, impulsada por el crecimiento económico y la transición hacia fuentes de energía más limpias, presenta una oportunidad única para que el país monetice sus vastos recursos hidrocarburíferos de manera sostenible y responsable.
Sin embargo, esta oportunidad también conlleva importantes desafíos, que deben ser abordados por Maduro o por el nuevo gobierno, para garantizar una gestión eficiente y transparente de los recursos energéticos, como la diversificación de la matriz energética, la inversión en infraestructura petrolera para modernizarla, ampliarla y que sea más eficaz; aplicar una gestión más transparente y responsable, es el gran reto, evitando así la corrupción y que los beneficios se distribuyan equitativamente entre la sociedad permitiendo el desarrollo, al tiempo de tratar de implementar tecnologías limpias y sostenibles, así como programas de remediación ambiental para que la explotación de los hidrocarburos pueda realizarse de una manera menos dañina y se puedan mitigar los efectos negativos de esta actividad petrolera, la pregunta al electorado es ¿Si Maduro gana hará esos cambios? Lo más probable es que la respuesta es que no lo va hacer y optaran por la oposición, pero ¿Si pierde Maduro respetara el triunfo de su opositor? ¿Generara el resultado un derramamiento de sangre; si pierde Maduro, seguro se movilizará si gana Maduro se movilizará la gente que se sentirá agraviada? Cualquier resultado tiene a la vuelta de la esquina puntos de violencia y conflicto y la integración regional es y será determínate después de las elecciones ya que es un elemento clave en la estrategia de desarrollo de cualquier país hoy en día y Venezuela ha participado activamente en organismos regionales como el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad Andina de Naciones (CAN), buscando potenciar el comercio, la inversión y la cooperación entre países vecinos, el desarrollo de esta integración con sus países vecinos supone una ventaja para mejorar su economía y sociedad. Pero con un conflicto post electoral, no podría tener los beneficios en la ampliación que esos mercados ofrece y en los que opera actualmente.
Tendrá que existir una estrategia que al mismo tiempo que atienda la guerra interna después de las elecciones motive el apoyo internacional y prometa más inversión extranjera directa para mejorar el empleo y tecnología, que facilitaría la cooperación económica entre países de un mismo bloque, y finalmente podría fortalecer la posición internacional de Venezuela en organismos regionales (Mercosur, CAN) y dar una mayor visibilidad, lo que se ve altamente difícil y más bien se ve si gana Maduro de manera fraudulenta que la resistencia provocara más bloqueos y se puede inferir que habrá tiempo de incertidumbre que no permitirá aprovechar todas las oportunidades para Venezuela.
Es decir gane quien gane tendrá el reto de controlar las revueltas post electorales y luego trabajar en la unidad y la reconstrucción. Mañana no solo se juegan las elecciones en Venezuela; se juega un periodo a futuro sobre su estabilidad o un movimiento que además de lamentables pérdidas humanas, traerá aparejado un nuevo reto de hacia dónde caminara esa gran, enorme y bella nación que es Venezuela. Espero equivocarme y que después de las elecciones gane quien gane y pierda quien pierda, piensen que la violencia es un camino que traerá consecuencias de amplio espectro.
Por ultimo; es importante resaltar que en hipotético caso de que Maduro perdiera, tendrá el poder del gobierno los meses siguiente de celebradas las elecciones, prácticamente todo lo que queda del 2024, toda vez que el mandato de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela está programado para finalizar en enero de 2025, dado que fue reelegido en mayo de 2018 para un período de seis años que comenzó en enero de 2019. Sin embargo, la situación política es compleja y depende de los resultados de las elecciones presidenciales y en tal virtud debemos estar atentos a que si se da el caso de que Maduro no es reelegido y es partidario a comenzar una transición en el país, su mandato podría concluir o a principios de 2025 o poco después de los comicios, aunque existe incertidumbre sobre si aceptaría los resultados y dejaría el poder.
En caso de que no sea ganador, hay especulaciones sobre la posibilidad de que se produzcan negociaciones o un acuerdo que podría llevar a su salida antes de que termine su mandato formal, aunque esto dependería de la dinámica política y de las decisiones que se tomen tras las elecciones. Está claro que si de algo se ha caracterizado Nicolás Maduro con el paso de los años, es de no facilitar una transición real a la democracia ni de garantizar unas elecciones libres y justas. Sin embargo, hay varios desenlaces posibles como si se da el hipotético caso de que se dé una victoria de Maduro, algo improbable, dado que todos los sondeos le dan como perdedor y solo un amaño electoral podría declarar vencedor al actual mandatario. Sin embargo, si resultase reelecto, es probable que continúe la actual tendencia autoritaria en el país o que comiencen una serie de protestas muy duras contra el régimen que podrían provocar una ola de violencia nunca antes vista entre civiles y cuerpos policiales y militares.
Además, las críticas sobre la falta de transparencia y la manipulación electoral podrían intensificarse, tanto a nivel nacional como internacional.
Lo anterior; podría resultar en sanciones adicionales por parte de organismos internacionales y gobiernos extranjeros, así como en una mayor presión sobre el régimen para llevar a cabo reformas democráticas.
Si Maduro se aferrase al poder a pesar de perder; podría perder todos los apoyos incluso de Brasil, Colombia y México. Además, de otras alianzas como Rusia, Irán, China, Nicaragua o Cuba que no podrían garantizar su ayuda, por lo que podemos inferir que en caso de que Maduro tenga que luchar contra la oposición o librar una guerra civil en el país, probablemente tendrá que pelear con munición y armamento que tienen actualmente, ya que ningún país podría ayudarles. En cambio, la oposición sí que podría recibir grandes ayudas militares y económicas por parte de potencias extranjeras occidentales.
Por el contrario si el beneficiado de los resultados electorales fuese Edmundo González y logra ganar las elecciones de forma oficial, esto podría marcar un punto de inflexión en la política venezolana. Sin embargo, probablemente la transición no sería fácil, ya que el nuevo gobierno tendría que enfrentarse a desafíos como la posible resistencia de las fuerzas armadas y de los sectores leales a Maduro. La comunidad internacional podría jugar un papel importante en apoyar la transición y en proporcionar asistencia económica y humanitaria.
El caso ideal seria que Maduro acepte su derrota y que en los días siguientes a las elecciones, pueda ordenar el adelantar el proceso de transición y presentar su dimisión en cuanto se conozca su derrota, así sería el más fácil para que en Venezuela se evite una ola de violencia y a nivel internacional se facilite la intervención para el proceso de reconstrucción de las instituciones en Venezuela.