La ONU indica que los actos relacionados con estas bandas son: homicidio, terrorismo, robo, suplantación de identidad, falsificación, contrabando, narcotráfico, trata de personas, secuestro, asalto, extorsión, operaciones con recursos de procedencia ilícita, allanamiento de morada, ataques, amenazas y colaboración de autoridades con el crimen.
La estadística en Costa Rica no es clara para establecer los vínculos de hechos, con la actividad del crimen organizado y las políticas de seguridad no contemplan ver la totalidad del problema porque solo se concentran en el tema del narcotráfico.
En ese sentido; analizando el tema abordándolo de manera integral y ver la problemática con otra óptica, nos puede dar una mejor diagnóstico de lo que está pasando realmente en Costa Rica ya que la criminalidad ha cambiado con el tiempo.
En la actualidad el crimen organizado tiene que atacarse en forma muy discrecional y con conocimiento del tema. No son los tiempos donde se hacían investigaciones empíricas, ahora se tiene que contar con elementos, con conocimiento y con alta moral porque la delincuencia maneja mucho dinero y el dinero compra voluntades y mueve al sistema.
Como la mayoría de los países que integran América Latina, Costa Rica no cuenta con un abordaje que permita acabar con la criminalidad que día a día es testigo el ciudadano común. Se debe partir de la realidad y es que no están preparados teniendo el perfil que tiene actualmente las autoridades, hay intención de preparar al personal, pero no han tomado con la seriedad que corresponde el tema, ya que se utiliza para discursos políticos, protagonismo de campañas y de intereses diferentes a la búsqueda de soluciones. La seriedad se requiere para la preparación, pero es una cuestión técnica y académica.
El tema medular de las actividades del crimen organizado es el dinero, cuyas sumas que se manejan en el mercado negro son millonarias y tienen la necesidad de blanquear los capitales a través del sistema financiero nacional.
Después del narcotráfico, o la trata de personas, actividades como la falsificación y la piratería de medicamentos se encuentran en la lista de más altos ingresos dentro de la calificación de actividades ilícitas.
Centroamérica no se queda aparte de esta problemática y tuvo un aumento del 355% en el precio del kilo de cocaína, el cual al día de hoy es de aproximadamente $10.000.
Lo primero que se debe de hacer; es tener la voluntad política para limpiar la casa y poner en práctica con tribunales, fiscales, agentes y personal especializado en el combate e investigación del crimen organizado. Esta; es la herramienta más efectiva que podría tener Costa Rica para repeler los actos de esas cúpulas delictivas.
¿Cuál es el eje de gravedad? Si bien es cierto que Costa Rica se ha convertido en el lugar de transbordo de drogas más grande de la región en los últimos cinco años, históricamente se ha librado de la violencia de otras economías relacionadas con las drogas. Ahora, las tasas de homicidios y los niveles de delincuencia callejera están aumentando a medida que los mercados de drogas se ven cuestionados y los grupos transnacionales intentan ganar nuevos territorios.
Si bien esta violencia no se dirige directamente a los viajeros o los intereses comerciales, los visitantes de Costa Rica enfrentan un entorno operativo más desafiante que en años anteriores debido a la violencia incidental y la delincuencia callejera.
La dinámica criminal en Costa Rica experimenta su tasa de homicidios más alta registrada en 2022 con 657 homicidios. En los primeros cuatro meses de 2023, el país ha visto al menos un aumento del 36% sobre las tasas del año pasado, poniéndolo en camino para superar el récord una vez más.
Si bien; el promedio nacional de alrededor de 13 homicidios por cada 100,000, está muy por debajo de países vecinos como Honduras, ciertas ciudades costarricenses como Limón y Puntarenas tienen tasas de violencia significativamente más altas que las ponen a la par con otros lugares de alta amenaza.
Tomando nuevamente como referencia el Informe Mundial sobre Drogas de las Naciones Unidas 2022; podemos observar que organizaciones criminales transnacionales (TCO) colombianas y mexicanas, como el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cartel de Sinaloa, están cada vez más presentes en Costa Rica. Históricamente, Costa Rica ha sido el país de transbordo más importante para la cocaína que se mueve desde las regiones de cultivo en Colombia, Ecuador y Perú hacia los mercados de EE. UU. y Europa a través de las rutas del Caribe. A medida que más TCO ingresan a Costa Rica, la violencia aumenta, a medida que las organizaciones con más recursos financieros y poder de fuego compiten por el control de estas rutas establecidas de cocaína las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley ,se debilitan y quedan más vulnerables a la corrupción y la ineficacia, frente a las nuevas tendencias de las TCO.
Informes de inteligencia sugieren que los importadores locales de marihuana de Jamaica están siendo desplazados por un aumento en la marihuana colombiana. Al igual que en otros lugares con un fuerte comercio de drogas, la mayoría de los homicidios tienen como objetivo a aquellos que tienen vínculos con el tráfico de drogas.
El gobierno estima que alrededor del 60-80% de los homicidios en Costa Rica están vinculados al crimen organizado, principalmente peleas por el territorio. Sin embargo, este aumento de la violencia ha tenido efectos indirectos, como el ampliamente informado Febrero Asesinato de un niño de ocho años cuando una bala perdida atravesó su casa en San José.
Es probable que aumenten los incidentes de violencia incidental y empiecen a salir victimas que estaban en un “lugar equivocado en el momento equivocado” a medida que aumenta la violencia general.
Las organizaciones estadounidenses no han sido atacadas explícitamente, pero siguen sujetas a esta dinámica.
En segundo lugar, la delincuencia callejera que puede tener como objetivo directo a los turistas, victimas que también aumentan junto con la delincuencia relacionada con las drogas.
A los delincuentes de menor escala que ayudan en la logística del movimiento de drogas por todo el país a menudo se les paga con drogas como moneda, lo que aumenta la distribución local y brinda mayores oportunidades para los delincuentes menores.
El desplazamiento de los traficantes locales por parte de las TCO también genera otras formas de delincuencia a medida que recurren a otras alternativas delictivas pero que suelen ser generadoras de violencia, derivado de un aumento en la presencia y defensa territorial de pandillas y el dinero de las TCO extranjeras que también se distribuye para controlar espacios y gente a su servicio, lo que significa que más delincuentes tienen acceso a las armas como herramientas para controlar cada rincón, cada edificio y culquier ruta.
La principal ruta de transbordo se extiende desde los puertos de Puntarenas, a través de San José y los puertos de Limón. Estas tres ciudades han visto los aumentos más significativos en la violencia relacionada con las drogas. Sin embargo, ningún lugar es inmune a estas dinámicas y el impacto se ha sentido en todo el país.
El 1 de marzo, la Embajada de los EE. UU. en San José emitió una advertencia de alerta sobre el aumento de la delincuencia. El crimen en San José ha ocurrido a plena luz del día y en áreas históricamente consideradas seguras. La Embajada estadounidense, recomienda tomar precauciones comunes en otras ciudades latinoamericanas, especialmente evitar caminar solo o de noche, evitar exhibiciones de riqueza, asegurarse de que las puertas de los automóviles estén cerradas mientras se conduce y evitar dejar objetos de valor en los vehículos.
Hasta el momento, no hay indicios de que las carreteras entre Puntarenas y San José, o San José y Limón, experimenten bloqueos de carreteras o delitos violentos vistos en otras áreas con alta actividad de TCO, aunque los conductores en San José aún son vulnerables a los niveles típicos de violencia carretera; como delitos relacionados a riñas y robos en las carreteras.
Costa Rica está a tiempo de iniciar un reseteo a sus instituciones y empezar a trabajar en la desactivación de la Bomba de tiempo que es el Crimen Organizado, ante las críticas al gobierno por el aumento sostenido de crímenes violentos en la última década en ese país de América Latina, donde los crímenes que en 2022 dejaron más de 650 homicidios, el presidente Rodrigo Chávez puso en marcha un operativo especial contra el crimen organizado y ha dicho que hará todo lo posible para evitar un Estado de Excepción al estilo del El Salvador. Es tiempo de mirar los resultados que llegue a tener su estrategia y como logrará tremendo reto, diferenciándose del Presidente de El Salvador Nayib Bukele.