Al Qaeda Central ha intensificado su propaganda en español, lo que indica un interés estratégico en Sudamérica y Centroamérica. A diferencia de Daesh, que apuesta por el reclutamiento directo, Al Qaeda busca establecer redes logísticas y de apoyo en la región. En mi último análisis, exploro cómo esta estrategia se refleja en sus publicaciones y en la reciente difusión de un documento clave. Además, comparo su enfoque con las actividades de Daesh en la región, donde se han producido varias detenciones. ¿Estamos subestimando la presencia de Al Qaeda en el mundo hispanohablante? El análisis completo aquí.
AL QAEDA CENTRAL INTENSIFICA SU PROPAGANDA EN ESPAÑOL : ¿UNA ESTRATEGIA CALCULADA?
En los últimos tiempos, Al Qaeda Central (AQC) ha mostrado un renovado interés en la traducción de sus comunicados y documentos a distintos idiomas, incluyendo el español. La reciente publicación de un documento sobre la muerte del líder muyahidín Shaykh Muhammad Mire Jama en Somalia, traducido al español y difundido para una audiencia objetivo de España y Sudamérica, confirma que la organización sigue buscando expandir su influencia en la región. Sin embargo, a diferencia de la estrategia de reclutamiento agresivo de Daesh, AQC parece enfocarse en consolidar redes de apoyo y logística en territorios donde puede operar con relativa discreción.
La estrategia propagandística de Al Qaeda Central
AQC no deja nada al azar. Cada comunicación, cada traducción y cada publicación responden a un cálculo estratégico deliberado. La propaganda que emite no solo busca cohesionar a sus seguidores, sino también presentarse como una víctima de un sistema global injusto, con el fin de generar simpatía y captar nuevos adeptos.
El caso del documento sobre Shaykh Muhammad Mire Jama es un ejemplo claro de esta dinámica. Presentado como un “mártir” de la causa yihadista, su muerte se usa como catalizador para reforzar el mensaje de que el islam está bajo ataque por parte del “sistema sionista-cruzado estadounidense”. Este discurso victimista no es nuevo, pero sigue siendo una herramienta poderosa para la captación de simpatizantes.Un aspecto notable de esta publicación es que AQC ha esperado hasta el final del Ramadán para difundirla en español. Esto indica que hay grandes propagandistas detrás y un conocimiento profundo del impacto emocional y religioso que puede tener el mensaje en ciertos sectores de la comunidad musulmana. Además, el documento ha sido traducido a otros idiomas estratégicos como pastún, persa, tamil, malayalam e hindi, lo que confirma su intención de alcanzar audiencias clave en distintas regiones del mundo.
El papel de Sudamérica en la estrategia de AQC
Sudamérica no es un campo de batalla directo para Al Qaeda, pero sí representa una zona de interés para la obtención de recursos, documentación y refugio. A diferencia de Daesh, que busca reclutar jóvenes para perpetrar ataques, AQC parece centrarse en establecer redes de apoyo logístico en la región. Esto se debe a que en países sudamericanos es posible conseguir pasaportes falsos, financiamiento y lugares seguros para operativos clave.
Si bien no es frecuente que AQC publique propaganda en español, lo ha hecho en momentos estratégicos. Además, es evidente que hay una alternancia en la calidad de las traducciones, lo que sugiere que en ocasiones recurren a traductores automáticos y en otras buscan colaboradores humanos. La aparición intermitente de demanda de traductores en sus comunicados refuerza esta idea. Cuando la propaganda en español aumenta, eventualmente vuelve a disminuir hasta que encuentran nuevos traductores dispuestos a colaborar.
Centros islámicos y su papel en la expansión de Al Qaeda
AQC se nutre normalmente de entornos donde se imparte un rito salafista del islam o donde hay adeptos susceptibles de ser radicalizados. Si bien no hay pruebas concluyentes de que centros islámicos específicos en Sudamérica estén directamente involucrados en actividades extremistas, sí se ha detectado la presencia de individuos y redes vinculadas a Al Qaeda en la región. Por ejemplo, en Brasil, el Departamento del Tesoro de EE.UU. sancionó en 2021 a tres individuos y dos empresas por prestar apoyo a Al Qaeda. Entre los sancionados se encuentra Haytham Ahmad Shukri Ahmad Al-Maghrabi, identificado como parte de una red de apoyo a Al Qaeda en Brasil desde 2015.Además, organizaciones como Insani Yardim Vakfi (IHH), una entidad islámica turca acusada de afiliaciones con grupos terroristas, han operado en Brasil y Colombia. Estas organizaciones han sido señaladas por sus presuntos vínculos con Al Qaeda y otras entidades extremistas. Sin embargo, la mayoría de los centros islámicos en Sudamérica se dedican a la práctica religiosa y al fomento de la comunidad, sin vínculos con el extremismo.
El caso del Sahel y la ausencia del español
En otras regiones, como el Sahel, la situación es distinta. En este caso, los grupos afiliados a Al Qaeda no parecen necesitar propaganda en español, como ha ocurrido anteriormente, ya que la dinámica del reclutamiento es completamente local. Con el crecimiento del yihadismo en la zona y el constante flujo de nuevos combatientes autóctonos, el reclutamiento de extranjeros es innecesario y poco práctico. Además, el traslado de un combatiente occidental a estos territorios sería complejo y dejaría demasiados rastros, algo que los grupos terroristas suelen evitar.
La evolución de la propaganda y las redes de contacto
Un elemento que no pasa desapercibido en los comunicados de AQC es la insistencia en proporcionar vías de contacto. En el documento sobre Shaykh Muhammad Mire Jama, al final se incluyen direcciones de correo electrónico, enlaces a su página web y cuentas en plataformas alternativas de mensajería.Este tipo de estrategias busca facilitar el contacto con potenciales reclutas, traductores y colaboradores en distintos países. Al proporcionar múltiples opciones de comunicación, intentan reducir las barreras de acceso y garantizar que los interesados tengan una vía directa para integrarse a su red de apoyo.
Vínculos Históricos de Al Qaeda en Sudamérica
Al Qaeda ha aprovechado la convergencia entre terrorismo y crimen organizado en ciertos momentos en Sudamérica para financiar sus operaciones. Aunque la región no ha sido su teatro principal, las conexiones con grupos criminales han facilitado el flujo de dinero, drogas y armas hacia Medio Oriente y África.
Al Qaeda y el Narcoterrorismo
En 2013, la DEA y los servicios de inteligencia españoles confirmaron un intercambio de cocaína por armas entre las FARC y Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Tras la caída de Gadafi, AQMI obtuvo arsenales libios, facilitando esta transacción. La droga, transportada en un avión de clanes asociados a las FARC, llegó a Europa vía Turquía, mientras que la DEA y el ejército argelino detuvieron a los implicados.
Más adelante, en 2019, un colombiano involucrado en la operación “Air Cocaine” de 2009 fue arrestado en relación con la compra de misiles para AQMI. Este individuo y su socio español utilizaron las rutas del Sahel para traficar con cocaína hacia Europa, mientras proveían armamento a los terroristas. En una ocasión, Ansar Dine, filial de AQMI, solicitó fusiles calibre .50, misiles tierra-aire y gafas de visión nocturna con la intención de atacar aeronaves militares occidentales en la región.
Triple Frontera y Redes Islamistas
Desde los 90, la Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay) ha sido un centro de operaciones de redes islamistas, incluyendo Al Qaeda. Su comunidad musulmana, regulaciones laxas y crimen organizado la han convertido en un nodo clave para financiamiento, lavado de dinero y falsificación de documentos. Aunque Hezbollah es el actor más notorio, también se han identificado agentes vinculados a Al Qaeda operando en la región.
Repercusiones, Seguridad y Conclusión
El uso de Sudamérica como base logística de Al Qaeda plantea un reto de seguridad global. La colaboración entre las FARC y AQMI demuestra la interconexión entre conflictos a través del crimen organizado. La proliferación de armas libias y la presencia de estructuras de financiamiento en la Triple Frontera subrayan la necesidad de una acción internacional coordinada para cortar estos vínculos.
Aunque menos visible que en otras regiones, Sudamérica juega un papel en la financiación del terrorismo global. La conexión AQMI-FARC, el lavado de dinero en la Triple Frontera y el contrabando de armas evidencian un ecosistema de apoyo a Al Qaeda. La lucha contra el narcoterrorismo requiere esfuerzos concertados para evitar que la región siga siendo un punto estratégico para el yihadismo.
Diferencias entre Al Qaeda y Daesh
Según la información del centro de análisis Atlántico Intelligence Group, Al Qaeda, a diferencia de Daesh, mantiene un perfil bajo en Sudamérica y Centroamérica, mientras que Daesh ha registrado varias detenciones recientes en la región:• Matheus De Aguiar Avelino fue detenido en São Paulo por planear un ataque suicida contra una sede de la Policía Federal. Se convirtió al islamismo en 2022 y expresó su deseo de morir como mártir.
• Un adolescente uruguayo (Abu Bakar Al Uruguayi) de 14 años fue arrestado por amenazar con atentar contra una sinagoga en Montevideo en nombre del Estado Islámico.
• Fábio Samuel Da Costa Oliveira (Mahmoud al Brazili), de Minas Gerais, Brasil, fue condenado a siete años de prisión tras ser detenido en 2023 en el aeropuerto de São Paulo-Guarulhos cuando intentaba viajar a Turquía para unirse a Daesh. Planeaba atentar contra la embajada de Israel en Brasilia.
• Thiago José Silva Barboza de Paula (Comando 860), de São Carlos, Brasil, fue detenido en diciembre por contactar con Daesh y reclutar jóvenes en Internet. La policía incautó en su casa armas falsas, productos químicos y un machete.
• En México también se detuvo recientemente a un miembro de Daesh que operaba bajo el alias YihadAmerica.
Las recientes detenciones de terroristas activos de Daesh contrastan con la ausencia de operativos similares contra Al Qaeda en la región, evidenciando la diferencia de enfoques entre ambos grupos.
Conclusiones
La expansión de Al Qaeda en Sudamérica y su creciente presencia en el discurso de habla hispana reflejan un cambio estratégico en la organización. Aunque Sudamérica no ha sido un campo de batalla directo, su rol como punto de conexión para el narcoterrorismo y el crimen organizado la convierte en un espacio crucial para las operaciones logísticas y de financiamiento de Al Qaeda. La cooperación histórica entre Al Qaeda y grupos como las FARC, el uso de la Triple Frontera como centro de apoyo y las redes islamistas locales contribuyen al ecosistema de terror que la organización está cultivando.
El crecimiento de su influencia en la región no solo responde a la presencia de grupos como Hezbollah, sino también a la explotación de las debilidades geopolíticas y las redes de contrabando que operan en este territorio. Las actividades de tráfico de drogas, lavado de dinero y falsificación de documentos en la Triple Frontera son ejemplos de cómo Al Qaeda sigue aprovechando el caos y la falta de control en ciertas zonas de Sudamérica para extender su alcance global.
Por otro lado, la propagación de su mensaje en español, la búsqueda de colaboradores y traductores en la región, y las conexiones con grupos locales reflejan una intención de consolidarse en un espacio más amplio, más allá de los confines tradicionales de Oriente Medio y África. En contraste, Daesh ha adoptado una postura más abierta en cuanto a reclutamiento en la región, con varias detenciones confirmadas que demuestran la presencia activa de la organización en países como Brasil y México.
La lucha contra el narcoterrorismo en Sudamérica debe intensificarse, con una mayor cooperación entre los países de la región y actores internacionales clave. La presencia de Al Qaeda en Sudamérica debe ser vista no solo como una amenaza a la seguridad local, sino como un desafío global que requiere una respuesta coordinada y estratégica.
En definitiva, Sudamérica, a menudo subestimada en su importancia para el yihadismo global, desempeña un papel clave en la financiación y expansión de Al Qaeda. La convergencia con el crimen organizado y la falta de control en ciertas zonas han convertido a la región en un punto estratégico para el establecimiento de redes logísticas y de apoyo. Enfrentar esta amenaza exige una respuesta urgente y multidimensional, combinando seguridad, inteligencia y cooperación internacional para impedir que Sudamérica se consolide como un bastión operativo de Al Qaeda en el continente. No debemos perder de vista que el objetivo final de la organización no es solo el terrorismo, sino la islamización de territorios bajo un califato regido por la ley islámica.