Desastres naturales; asunto de Seguridad Nacional.
Establecer un concepto que pueda definir la Seguridad Nacional es un tema que puede causar confusión ante lo divergente de las acepciones del concepto; sin embargo, éste podría definirse ubicando de manera prospectiva un proyecto nacional el cual señale cuáles son los valores y los bienes a proteger.
Es decir, necesitamos el qué, para poder tener el cómo; puesto que para comprender lo que cada país o cada región definen como seguridad nacional, primero hay que entender lo que se considera importante preservar.
Antes de seguir con las reflexiones de mérito; me gustaría enviar toda mi solidaridad a España y mi más sentido pésame por las vidas perdidas, fortaleza para los lesionados, y esperanza para encontrar a los desaparecidos y deseo que tengan una pronta recuperación.
España necesita de todos, y todos, necesitamos de un mundo mejor.
Es inimaginable el horror, el pánico y la desesperación de haber presenciado semejante evento, para luego contemplar la arrasadora fuerza de agua y vientos al mirar todo un paraíso destruido en menos de un día con pérdidas humanas y gran cantidad de lesionados y desaparecidos. Muchos además; perdieron sus hogares, trabajos y bienes materiales.
Este evento de la naturaleza dejó a su paso daños incalculables, de los cuales a España le tomará mucho tiempo en recuperarse y ciertamente, esto, es una llamada de alerta a cambiar nuestros hábitos de consumo y tratar de ser más conscientes de las consecuencias que nuestras acciones están teniendo sobre nuestro planeta y el calentamiento global.
Debemos tener en el radar que el cambio climático es una crisis existencial, y estas crisis relacionadas con el clima -geográficas, medioambientales, económicas, políticas y sociales, se acelerarán a medida que las temperaturas globales sigan aumentando.
Cuando se plantea el término de Seguridad Nacional, la falta de conocimiento lo asocia con espías y documentos de alto secreto o con tanques, aviones y buques de guerra, soldados, marinos y pilotos; sin embargo, el concepto trasciende la perspectiva militar o de secrecía y espionaje, toda vez de que incluye temas tan diversos como el crimen organizado trasnacional, el terrorismo, pero también la alimentación, salud pública, la ecología, medio ambiente, las finanzas públicas, la educación, la diplomacia, la imagen internacional y la Protección Civil y la Gestión Integral del Riesgo de Desastre.
El impacto de un desastre, ya sea por causas naturales o antropogénicas, provoca un serio desajuste en el entorno social, económico y político, y desencadena eventos que afectan el desarrollo de la comunidad en lo particular, de un país o una región entera en lo general, no sólo por los daños y pérdidas que se hayan ocasionado por el impacto del fenómeno perturbador como tal, sino que también implica un retroceso en el desarrollo social y económico.
Por eso; debemos centrarnos en el papel de las instituciones de seguridad y defensa en la lucha contra el cambio climático y las implicaciones de seguridad asociadas al aumento de la temperatura global.
El cambio climático global no es un problema futuro; el cambio climático, más bien, ya está alimentando inequívocamente la inestabilidad y la inseguridad de diversos países del mundo, por ello, es importante informarles, que el Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa William J. Perry, de la Universidad Nacional de Defensa de los Estados Unidos de América, cuyo actual Director, es el excelentísimo Dr. Paul J. Angelo quien ha buscado fortalecer los lazos de cooperación entre los países de las Américas, con la finalidad de construir una red de profesionales que lideren la seguridad, la defensa y la toma de decisiones en todo el hemisferio; con profesionales que ideen e implementen soluciones compartidas a los desafíos contemporáneos, se pudo diseñar el curso Cambio Climático e Implicaciones en Seguridad y Defensa CCIDS cuyo profesor titular es el extraordinario Dr. Patrick Paterson, que centró el curso en cinco temas: la ciencia, las amenazas, las soluciones, el papel de las fuerzas de seguridad y el impacto humano. Por lo que sí están interesados en ser los próximos alumnos para el curso de cambio climático, les recomiendo que ingresen en la página del Centro Perry https://wjpcenter.org/es/ para obtener más información sobre el nuevo curso Riesgos y Amenazas Medioambientales 2025 CERT Sep 2025 y otros cursos más, que se podrán a disposición para el próximo año 2025.
El cambio climático conlleva interacciones complejas y cambios en las probabilidades de impactos diversos; por lo que hemos sido testigos de cómo en los últimos decenios, los cambios en el clima han causado impactos en los sistemas naturales y humanos en todos los continentes y océanos.
Un desastre natural además de las lamentables pérdidas humanas; hace que se detenga la industria en las zonas afectadas, que mueran animales, que se pierden cultivos, así como materias primas, se dañan maquinarias, se destruyen vías de comunicación, solo por mencionar ejemplos concretos.
Por otro lado, cuando los gobiernos actúan de forma reactiva, los costos para movilizar equipos de respuesta es muy alto y tarda mucho en llegar al necesitado, es decir los recursos humanos y materiales locales, quedan rebasados, por lo que la mayoría de las veces, no se tiene la capacidad en ámbitos locales para enfrentar estas situaciones.
Por lo anterior; no es muy difícil entender porque, normalmente, ante un desastre de gran magnitud, brilla en muchas ocasiones la falta de Alertas Tempranas, un impresionante y disminuido conocimiento en esta materia de los políticos en la toma de decisiones, la carencia de equipo y de personal preparado a nivel local, la falta de una buena coordinación de diversas autoridades por diferencias políticas en los diferentes órdenes de gobierno, culpándose unos a otros en medio de la crisis y en donde muchos, se desentienden sabiendo que los soldados y los marinos les resolverán el problema.
Pero lamentablemente esto es una situación de falta de compromiso, de conocimientos y de responsabilidad.
Es verdad que la participación de las Fuerzas Armadas en labores de Protección Civil no solamente es importante, sino indispensable ya que éstas son las que cuentan con la mayoría de los recursos humanos y materiales necesarios, la preparación, la seriedad, la responsabilidad y la formación que se requiere para establecer un Sistema de Comando de Incidentes, para el mantenimiento de la gobernanza y la gobernabilidad, condición indispensable para la Continuidad de Operaciones, de Gobierno y de Desarrollo frente a un Desastre Natural, pero también es cierto que los otros niveles de gobierno deben hacer su parte y sumar en vez de restar, ese sería el primer paso para establecer un Nuevo Sistema, no sólo coordinado, sino integral, que permita prevenir y adelantarse a una situación eminente, planear, generar alertas tempranas y advertencias oportunas necesarias, con información real y oficial por parte del gobierno, y de ahí al mismo tiempo, realizar un despliegue previo de recursos y de fuerzas armadas con horas de anticipación al evento, para que se pueda reaccionar con prontitud y auxiliar a la población en caso de que se presente un desastre de enormes magnitudes, como lo visto actualmente en Valencia, ya que desde el jueves 24 de octubre, cinco días antes de la llegada de la DANA, la AEMET emitió un primer aviso en redes sociales indicando que una DANA se aproximaba a la Comunidad Valenciana y podría afectar la región.
La situación de España es delicada; conforme pasan las horas y los días, se van revelando situaciones de auténtico dramatismo, por principio de cuentas y como lo más importante, está la pérdida de vidas humanas, el número de decesos, demuestra la fuerza devastadora de la naturaleza cuando las medidas de prevención no son ni oportunas ni suficientes.
¿Cómo prevenir y reducir el impacto de los desastres naturales? Los desastres más comunes son el resultado de eventos meteorológicos y geológicos. Su impacto; puede implicar diversas intensidades de daños, por lo que conocer las etapas de un desastre, puede ser fundamental para estar preparado.
Tanto en España; como en otros países; cuando el desastre rebasa a las autoridades, es una polémica de fondo referirse a si hubo o no la necesaria anticipación de las autoridades, lo que ha pasado en Valencia, quedará en mal momento, en nuestra memoria, como uno de los referentes del cambio climático así como una de las peores experiencias colectivas del presente siglo, lo cierto es que el cambio climático está recrudeciendo los desastres naturales, cuya prevención es vital para salvar vidas, y para la cual la inteligencia artificial (IA) se postula para mejorar su predicción, porque esta tecnología puede permitir y ahorrar minutos a la hora de predecir un fenómeno meteorológico adverso y comunicarlo a la población de la zona afectada por medio de alteras tempranas, para que pueda reaccionar rápidamente, eso es lo más importante. ¿Sobre si la IA puede recortar tiempo? Creo que sí, y esto, de hecho, va a ayudar a salvar vidas en posibles desastres naturales futuros.
Pero esta misma alerta debe ser parte central de la gestión a nivel nacional para mover diversos recursos en donde se prevé pueda ocurrir un desastre natural y desplegar a las fuerzas armadas a esa zona para instalar refugios, albergues y todo lo necesario para auxiliar a la población en caso de que se necesite, eso evitaría que la ayuda llegue tarde.
La ciencia aeroespacial, las ingenierías del procesamiento, organización e interpretación de la información, son recursos determinantes para estos casos, el objetivo, es salvar vidas y aplicar medidas paliativas ante el desastre.
Sea en España, México, Estados Unidos, Japón, Italia o en Asía, los sistemas satelitales, las referencias estadísticas y sobre todo, la valoración y criterio de los especialistas, son recursos de un valor sustancial, no cuantificable, para la prevención de afectaciones que sin duda, cambian para siempre el estilo de vida de miles de personas, pero también, nos da un claro ejemplo respecto de cómo se deben y tienen que procesar y administrar anticipadamente las tragedias colectivas.
Desde luego, y lo podemos observar en la historia reciente, un desastre natural y ambiental, puede derivar en desestabilización social y por lo tanto, en una crisis política y de legitimidad para las autoridades, toda vez que sin importar el color, o la procedencia política o ideológica que tengan, la prueba de su eficacia, determinación, pero sobre todo de organización para atender las urgentes necesidades de la población, implica y pone de por medio, la continuidad de la vida cotidiana en las zonas afectadas.
Considero que pueden ser inútiles las descalificaciones o las muestras de simpatía acrítica, si ambas, no van acompañadas por evidencias, superando las animosidades, que en nada contribuyen a atender la dramática condición de sobrevivencia de la población afectada. No se puede; por ejemplo, hacer una campaña en contra de las fuerzas armadas por no estar en el lugar, cuando todos sabemos, que las fuerzas armadas no se mandan solas, estas instituciones están para servir al pueblo y en el momento que tengan la orden, podrán ser desplegadas, aquí el problema no son las fuerzas armadas, es más, las fuerzas armadas, son parte central de la solución, pero se requiere de una organización previa que ordene su despliegue, tanto anticipadamente, de manera preventiva, como posteriormente, de manera reactiva.
En ese sentido, la mala gestión o administración, para atender los desastres naturales, desde luego que propician crisis políticas y de legitimidad y de allí, es que propios y extraños, se pronuncien al respecto, pero lo que si es un hecho, es que cualquier acción y gestión debe girar en torno a la conveniencia de priorizar la atención a la población y que esta sea oportuna y suficiente.
Por eso; creo que no tiene ningún valor ni utilidad práctica, denostar o simplemente señalar errores o magnificar obvias responsabilidades, la justicia se encargará posteriormente de la mala actuación de los servidores públicos y de sus responsabilidades, incluso, en la urnas, el pueblo puede pasar factura en las jornadas electorales, ahora es momento de aportar reflexiones positivas y proponer algunas ideas para que esta clase de consecuencias, ante los desastres naturales, no se vuelvan a repetir.
En tal virtud; debemos tener en el radar que cada tipo de peligro tiene características únicas, pero existen elementos comunes entre todos y estos elementos comunes, le permite a las autoridades, prepararse, reaccionar y proteger a la población frente a la llegada de un desastre.
Por lo general existen tres etapas de un desastre natural: el antes, el durante y el después.
1.- Antes del desastre: Mitigación y Preparación.
La mitigación es la acción más eficiente en términos económicos y sociales; debido a que es imposible evitar totalmente que sucedan cierto tipo de desastres, en ocasiones solamente es posible reducir sus consecuencias.
Esta fase incluye acciones tomadas para prevenir o reducir la causa, el impacto y que al momento de reaccionar se actúe con prontitud al auxilio de la población ante las consecuencias de los desastres.
Los ejemplos de mitigación de peligros incluyen:
Despliegue de unidades especializadas para la atención a la población, con recursos y materiales en el lugar del impacto antes de que este ocurra.
Amarrar casas o graneros con anclajes al suelo para resistir el daño del viento, proteger ventanas y puertas de vidrio.
Preparar el sistema de cableado eléctrico para que una vez que pase el evento la reinstalación sea más pronta y expedita.
Cavar canales de agua para redirigir el agua y quitar basura y vegetación que pueda arrastrar agua y los vientos.
Construcción de diques o barreras permanentes para controlar inundaciones
Albergues para personas y para animales domésticos y de granja o trabajo.
Contemplar un fondo para cubrir desastres naturales
Contar con un centro de mando para la preparación, esto implica la planificación y capacitación para desastres que no pueden ser mitigados, es decir, la preparación debe estar dirigida a estructurar la respuesta previa al evento y para la atención de las emergencias que inevitablemente se pueden presentar, reforzando así las medidas de mitigación o reducción de las consecuencias a tiempo de dar una respuesta inmediata a la población.
Es importante desarrollar planes de preparación para desastres sobre qué hacer, a dónde ir o a quién llamar para pedir ayuda en caso de desastre.
Ejercitar planes mediante simulacros, ejercicios de mesa y ejercicios a gran escala.
Crear una lista de suministros de artículos que son útiles en un desastre.
Además, desde una campaña gubernamental de alcance nacional, se recomienda fervientemente hacer un plan para anticiparse al desastre, tanto para las acciones que ejecutaran las autoridades, como las recomendaciones que se deben enseñar a la población, haciendo fomento de cultura de protección civil entre los habitantes en caso de que se presente un desastre natural y así todos estén en la misma sintonía.
Es posible que las familias no estén reunidas al momento de un desastre, de tal suerte que es importante saber qué tipos de desastres podrían afectar cada área y saber cómo se comunicarán entre sí y cómo se volverán a juntar si se separan.
2.- Durante el desastre: Respuesta
La respuesta es la etapa que corresponde a la ejecución de las acciones previstas en la etapa de preparación. Se trata de la reacción inmediata mientras ocurre el desastre.
3.- Después del desastre: recuperación
Recuperarse de un desastre, en general, es un proceso gradual. La seguridad es una cuestión fundamental, al igual que el bienestar físico y mental. Si hay asistencia disponible, saber cómo acceder a ella puede acelerar el proceso y hacerlo menos estresante.
El propósito es lograr una reducción sustancial del riesgo de desastres y de las pérdidas asociadas en vidas, medios de subsistencia, salud y bienes económicos, físicos, sociales, culturales y ambientales de las personas, empresas y comunidades.
No debemos olvidar que cada Estado tiene la responsabilidad principal de prevenir y reducir el riesgo de desastres. Esto incluye la cooperación internacional, regional, subregional, transfronteriza y bilateral, reconociendo que la reducción del riesgo de desastres es un problema compartido por todos los Estados.
De igual forma; la reducción del riesgo de desastres, implica la responsabilidad compartida entre los gobiernos centrales, las autoridades locales, los sectores y otros actores nacionales relevantes, de acuerdo con sus circunstancias y sistemas de gobernanza.
Es muy importante que la gestión del riesgo de desastres; debe estar orientada a proteger a las personas, sus bienes, salud, medios de vida, bienes de producción y activos culturales y ambientales. Se promueve la aplicación de todos los derechos humanos, incluido el derecho al desarrollo, al tiempo de que la reducción del riesgo de desastres requiere de la participación y colaboración de toda la sociedad, con un enfoque en la inclusión, accesibilidad y no discriminación, por lo que se requiere que se preste especial atención a las personas más afectadas, incluyendo a las más pobres, donde además se integren perspectivas de género, edad, discapacidad y cultura.
Estas acciones deben de estar alejadas de cualquier ideología política y religiosa; para así potencializar la coordinación entre todos los sectores y niveles, así como la colaboración con actores pertinentes, tanto públicos como privados, incluyendo iglesias, empresas y el sector académico, que son fundamentales para la gestión del riesgo de desastres.
En la protección civil; si bien es cierto que las fuerzas armadas son importantes para apoyar y auxiliar a la población en caso de desastres naturales, también lo es, de que se debe potencializar una estrategia desde el nivel subnacional, es decir, se debe reconocer la importancia de empoderar a las autoridades y comunidades locales, para reducir el riesgo de desastres, otorgándoles recursos, incentivos y responsabilidades en la toma de decisiones según corresponda, entendiendo que se debe reconocer que los riesgos de desastres tienen características locales distintas y específicas, que deben entenderse para determinar las medidas de reducción del riesgo.
El Quid del asunto; es y será promover la inversión en la prevención, basada en información sobre riesgos, ya que es más rentable que depender principalmente de la respuesta reactiva y de recuperación, después de los desastres.
Igualmente; después de ocurrido el desastre, se debe enfatizar en la importancia de reconstruir mejor y aumentar la educación y conciencia pública sobre el riesgo de los desastres, de igual forma, es importante a nivel global, formar alianzas eficaces y una mayor cooperación internacional.
En síntesis; el campo de preparación para desastres y emergencias; hace referencia al conocimiento y las capacidades para anticipar, responder y recuperarse de forma efectiva de los impactos de eventos o condiciones de riesgo, probables, inminentes o actuales.
Los gobiernos, organizaciones de respuesta y recuperación, las comunidades y los individuos, pueden llevar a cabo acciones de preparación de cara a construir las capacidades necesarias para gestionar todo tipo de emergencias y lograr, una transición ordenada de la respuesta a la recuperación sostenida.
Estas acciones, basadas en un profundo análisis de los riesgos de desastres y coordinación con sistemas de alerta temprana, incluyen los planes de contingencia, aprovisionamiento de equipamiento y provisiones, establecimiento de mecanismos de prueba y coordinación, concienciación de los riesgos y difusión pública de comportamientos de protección, y los entrenamientos y ejercicios asociados.
El incremento de las amenazas y vulnerabilidad, así como el cambio climático y el aumento de los asentamientos urbanos en zonas de alto riesgo, resulta en mayor cantidad e intensidad de los desastres naturales, lo que constituye una amenaza global. Muchas personas sufren los efectos adversos de los desastres cada año y enfrentan graves esfuerzos para reponerse de las pérdidas, que en muchos casos son irrecuperables. El manejo y prevención de desastres naturales, así como la mitigación y recuperación de los daños (en términos de habitantes, infraestructura, recursos y servicios) son una importante y riesgosa tarea.
Por último; es importante ampliar el conocimiento respecto a la atención eficiente frente a desastres naturales, es necesario, impulsar estrategias de respuesta y resiliencia integrales, es indispensable valerse de diferentes sectores de conocimiento, instancias de cooperación internacional; experiencias exitosas; lecciones aprendidas, y destacar casos paradigmáticos.