Contravigilancia y el atentado contra Trump.
Este evento de Trump se suma a varios eventos en el mundo en donde varios especialistas en diferentes foros coincidimos en que un magnicidio durante un evento público es solo cuestión de tiempo. Nuevamente con el atentado contra Trump se cumplió la prospectiva al no mejorar los sistemas de seguridad de los mandatarios o candidatos a ejercer un cargo público, los estadounidenses criticaron a México por un proceso electoral violento ¿Que pueden decir ahora de su proceso electoral? De hecho nadie puede escapar de esto y por eso se deben mejorar los procesos sistemáticos de operación para proteger a diversas personas que desarrollan actividades políticas y de gobierno, el día de ayer cuando fue fallado el asesinato de Trump lo demuestra, y no por que fueran eficientes las agencias que lo protegen, más bien fue una tentativa de homicidio porque la bala milagrosamente solo lesionó a Trump, un error que suele pasarle a un francotirador con consecuencias fatales para el, al ser descubierto por los otros francotiradores que abrieron fuego en su contra al ser descubierto. ¿Por qué no fue descubierto antes y detenido? Por que fallo la inteligencia y la contravigilancia, errores que permitieron que una de las figuras políticas más influyentes de mundo, fuera casi asesinado a tiros en pleno mitín callejero mientras daba un discurso en un evento electoral y un hombre pudo manipular un rifle de asalto y disparar al exmandatario y candidato a la presidencia de un país que es Potencia Mundial. Trump cuenta con un equipo no cuantificado de protectores armados, que, como en otros casos similares, no lograron evitar el ataque y respectivamente con éxito a medias pudieron sacar sus armas, y abatir al tirador pero no lograron y no pudieron someterlo para posteriormente interrogarlo.
Otros casos similares en el mundo pueden explicarse de una y otra forma pero en este en donde se supone el Servicio Secreto es el mejor del mundo deja varias interrogantes sobre que la protección de varios líderes mundiales carece de una estructura operativa coherente y eficaz incluido en los Estados Unidos, la cual esencialmente se basa en el blof de los agentes armados y trajeados, quienes ya no espantan a nadie. La protección ejecutiva es un sistema de logística y planeación que reduce la exposición del ejecutivo al riesgo y no un enfrentamiento armado al estilo del viejo Oeste. Esta planeación y logística brillaron por su ausencia en el atentado de Trump quien se encontraba dando un discurso, totalmente expuesto en plena vía pública, sin ninguna medida adicional que redujera su exposición como vuelo de drones y una limpieza del lugar por lo menos un día antes sellando varios círculos de protección y proximidad donde prácticamente sería imposible protegerlo. Los vídeos sobrevolando la zona dicen más que mil palabras al ver al tirador abatido en un techo con el arma a unos metros y una mochila sin que no fuera difícil poderlo ver, antes, durante y después del tiroteo. El exmandatario estadounidense estuvo expuesto en lo que llamamos 540 grados, o sea, 360 grados alrededor de él y 180 grados encima de él, ya que las imagenes muestran claramente las vulnerabilidades que tenía el candidato republicano Trump también desde los edificios que rodean la escena del crimen. Lo que demuestra un gran error al no tener mayores recursos para aumentar la cantidad de personal de equipo y de armamento que pudiera haber protegido al político ante esa exposición tan grande, generada por esta inconcebible falla logística. Es importante señalar que, en este tipo de eventos, la presencia de los “agentes sombra”, infiltrados entre la multitud, con la tarea de emitir la alerta temprana y sorprender al agresor, es esencial, pero a pesar de ser claramente visibles en la parte de atrás del candidato Trump y que al momento, de los disparos, quedaron inmóviles sin agacharse no pudieron advertir de dónde venia la amenaza. Ni fue escuchada la gente que advertía momentos antes que habia un tirador en el techo de un edificio cercano y que segundos después accionó su arma. Todo el equipo de protección fue muy fácil de identificar, lo que, adicionalmente, facilitó el trabajo del agresor. Pero es curioso que de todo ese ejército de protección nadie identificara al agresor antes de accionar su arma. Por lo que muchas medidas de contravigilancia hubieran sido de mucha utilidad, ya que, ante esta colosal falla logística, la posibilidad de reducir riesgos con otras medidas era mínima y todo lo que vimos fue una respuesta reactiva con resultados muy lamentables se vea por donde se le vea.