El mundo y las guerras no convencionales.
Según el estudio del economista y filósofo Max Roser, señala que todo apunta a que vivimos en un mundo relativamente seguro en comparación con los movimientos armados del pasado.
Sin embargo, estos datos no logran reflejar fielmente una realidad mucho más desafortunada. A pesar de que hoy en día, no hay grandes guerras como la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, la violencia se ha transformado y se manifiesta de muchas otras formas.
Iniciamos el actual milenio con el ataque a las Torres Gemelas en Nueva York, comenzando con ello, un nuevo paradigma sobre la Seguridad y la Defensa.
Actualmente y está vigente, una guerra en Europa, entre Rusia y Ucrania y el planeta sigue siendo escenario de numerosos conflictos bélicos que, pese a ser de menor intensidad, son más violentos.
Vivimos en un mundo globalizado en el que muchos de los conflictos enquistados de nuestro siglo tienen una base identitaria y en el que las partes son incapaces de negociar.
La firma de la carta de San Francisco fue un paso de avance una vez terminada la Segunda Guerra Mundial. Esta constituyó la fundación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el tan esperado acontecimiento tenía como objetivo prohibir la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado.
Han pasado varios años y lo anteriormente expuesto, refrendado en el artículo 4 del primer capítulo de este importante documento del Derecho Internacional no se ha podido cumplir. Las amenazas han sobrado y el uso de la fuerza, se ha desarrollado en diferentes matices por los diferentes actores, donde se centra la fuerza geopolítica de los poderosos.
Por otra parte el artículo 7 destaca que “ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados”.
La razón de ser de las organizaciones internacionales es precisamente facilitar la cooperación entre los diferentes actores de la comunidad internacional, pero actualmente, se anteponen demasiado los intereses geopolíticos a la resolución de estos conflictos.
Diariamente llegan noticias sobre conflictos armados en diferentes partes del mundo, estos son conflictos que amenazan la paz de una región, la violación de la integridad y soberanía de un pueblo.
Los principios de no injerencia en los asuntos internos de otros Estados, la soberanía, la integridad territorial de las naciones, la independencia, se discuten en la ONU, sin embargo a pesar de los pronunciamientos de la Asamblea General, persisten las nuevas amenazas.
El gasto en defensa en Europa ha cambiado drásticamente en 2022 con aumentos a gran escala en los presupuestos de defensa en todo el continente.
El pasado 5 de abril de 2023; en el “Challenges in European Defense – Global Security Forum 2023” expertos en el tema europeo conversaron sobre la preparación militar europea, incluidas las brechas de capacidad y las luchas de interoperabilidad de los ejércitos europeos y los desafíos a la base industrial de Europa. Los panelistas el General Chris Badia, Comandante Supremo Aliado Adjunto para la Transformación en la OTAN, el Vicealmirante Hervé Bléjean, Director General del Estado Mayor Militar de la Unión Europea, y la Sra. Heather A. Conley, Presidenta del German Marshall Fund de los EE. UU. Moderados por Max Bergmann, Director del Programa CSIS Europa, Rusia y Eurasia y Stuart Center, exploraron las principales dependencias de defensa de EE. UU. y el mejor camino a seguir para que Europa modernice sus capacidades de defensa y su base industrial para enfrentar las nuevas amenazas globales.
De igual forma en el Foro de Seguridad Global 2023: Sesiones AM de Defensa Transatlántica; se reflexiono en el tema de que no hay opción diplomática para poner fin a la guerra de Ucrania, que significa que no se ve el final de esta guerra en un futuro cercano, algún acuerdo negociado. Obviamente, esta declaración es una advertencia de que el conflicto al durar más tiempo y al prolongarse más, la OTAN tendrá más asedio por parte de Rusia, y la expectativa militar general, es poder evitar que la guerra salga del territorio ucraniano, pero si eso llegara a pasar, tener desde ya, un plan de respuesta y evitar la activación de las armas nucleares que afectarían enormemente la situación.
Independientemente de la guerra en Ucrania; hoy existen numerosos conflictos con características diferentes y singulares difícilmente encuadrables en los arquetipos de los conflictos armados tradicionales o guerras convencionales. De los muchos y variados apelativos surgidos principalmente desde el Fin de las Guerra Fría y como contraposición a las guerras clásicas, fue el concepto de “nuevas guerras” el que tuvo una mayor acogida. Sin embargo, como muchas otras denominaciones, consideramos que no podemos apreciarlo como una herramienta enteramente práctica para el estudio de toda la tipología de conflictos que existen. Por ello mediante la revisión de la literatura más importante sobre estos temas, indudablemente es importante tener en el radar el surgimiento de estas “nuevas guerras” para que se puedan estudiar de forma más pormenorizada los conflictos contemporáneos y poder establecer comparaciones que arrojen luz sobre las similitudes y las diferencias.
Existen diversas definiciones de Guerra No Convencional (GNC) desarrollado por diferentes politólogos entre ellas la aportada por el pensamiento militar y cultural del gobierno de los Estados Unidos de América (EUA). El cual incorpora este concepto como una de las Doctrina del Departamento de Defensa de Estados Unidos que, según su “Diccionario de términos militares y asociados del Departamento de Defensa de Estados Unidos”, es:
El conjunto de actividades dirigidas a posibilitar el desarrollo de un movimiento de resistencia o la insurgencia, para coaccionar, alterar o derrocar a un gobierno, o a tomar el poder mediante el empleo de una fuerza de guerrilla, auxiliar y clandestina, en un área denegada (JP 1-02, 2018, p. 239).
El Ejército de EEUU publicó varios documentos doctrinales sobre GNC entre ellos:
- “Manual de Campaña (FM, por sus siglas en inglés) 3-05.130, Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército” (2008);
- La “Circular de Entrenamiento (TC, por sus siglas en inglés) 18-01 Guerra No Convencional. Fuerzas Especiales” (2010);
- La “Publicación de Técnicas del Ejército (ATP, por sus siglas en inglés) 3-05.1 Guerra No Convencional” (2013);
- El “Libro Blanco Contraguerra No Convencional” (2014);
- La “Guía de Bolsillo: Guerra No Convencional” (2016).
La Guerra No Convencional está estrechamente ligada a otros conceptos como, Guerra de IV Generación, Guerra Mediática, Guerra Psicológica, Golpe Suave. Todos forman una compleja frondosidad de acciones, métodos y objetivos que solo son posibles de separarlos en un plano teórico. En la práctica todos constituyen una misma cosa y persiguen un mismo objetivo.
La guerra no convencional emplea diferentes cuerpos asociados a las organizaciones militares, paramilitares y organismos de inteligencia.
El propósito fundamental de la Guerra No Convencional está enmarcada en la creación de una base de operaciones para que grupos nacionales accionen, y pasen a la resistencia armada, utilizando la infiltración de equipos entrenados para la lucha guerrillera, grupos subversivos incluso el mismo crimen organizado y cumplan, entre otras misiones, la preparación y equipamiento de los futuros líderes de la “resistencia, se desarrollan espirales de violencia para que venga una intervención armada directa en respuesta, al mismo tiempo se aprovecha las vulnerabilidades del gobierno a derrocar, para distanciarlo de la población y desplazar la porción neutral de la ciudadanía hacia posiciones en su contra. Si esto no llevara al escenario deseado, se recurre entonces al conflicto armado y al fomento de la insurgencia irregular, de forma tal que conduzca a la inestabilidad y la ingobernabilidad del país.
La guerra no convencional no surgió en estos tiempo, ni es una concepción novedosa. La Circular de Entrenamiento 18-01, uno de los principales documentos doctrinales del Ejército de EE.UU., cita una frase de 1961 de John F. Kennedy: “Hay otro tipo de guerra, nueva en su intensidad pero antigua en su origen. Una guerra de guerrillas, subversiva, de insurgentes, de asesinatos; una guerra de emboscadas en vez de combates; de infiltración en vez de agresión; que busca la victoria mediante la degradación y el agotamiento del enemigo en vez de enfrentarlo”.
Durante los últimos años se han desarrollado los más diversos términos y teorías, entre los que se pudieran citar: “Revoluciones de colores”, “Poder Inteligente”, “Golpes Suaves”, “Guerra No Convencional”, “Guerra Irregular”, “Guerra de Cuarta Generación” y “Guerra Cibernética”. Si hurgamos en el significado de los términos, tendríamos que entablar un arduo debate con políticos, sociólogos, psicólogos y lingüistas, pero lo cierto es que no importa el adjetivo que se utilice para calificar las guerras, todas son iguales: laceran sentimientos humanos, dividen naciones, devastan pueblos y culturas, e incluso acaban con civilizaciones.
Pretender analizar el complejo entramado político, económico y social que vive hoy el Mundo, y el impacto de las técnicas de GNC que están detrás de ello, requiere más que un artículo, pero la mera evaluación de las causas que las originaron, nos permiten aseverar que detrás de ellas, están los pretendidos objetivos de alterar, o derrocar a un enemigo que ocupa el poder o gobierno. Los objetivos de la GNC van desde el apoyo a un grupo de la resistencia opuesto a la autoridad gubernamental en el poder, hasta la instauración de otro gobierno.
Cabría la pena preguntarse ¿Estamos en una nueva era, donde la Guerra No Convencional se convertirá en el principal instrumento? Por el momento, solo podemos responder que todo parece indicar que la Guerra No Convencional, seguirá siendo la más convencional de las guerras y que al parecer no vivimos en una de las eras más pacíficas de nuestra historia, para ello, falta mucho por recorrer y trabajar.