Después del ataque a la base del líder de Al Qaeda, Al Zawahiri, en Kabul, Afganistán, podemos leer en todos los medios todo tipo de teorías acerca de cuál es el futuro del grupo terrorista Al Qaeda. Tras sustituir a Bin Laden hace once años, ya conocemos bien la historia. La caída de un jefe terrorista no condiciona obligatoriamente a que haya cambios estructurales en el grupo y más cuando la organización Al Qaeda recurre siempre a su Consejo del Shura para tomar cualquier decisión transcendental.
Por lo tanto, lo que podemos esperar de los terroristas es que continúen sembrando el terror y asesinando allí donde puedan y se les permita. Si que es posible que observemos un cambio temporal, y es que el nuevo líder de la organización intente mostrar su ferocidad y en los primeros meses haya una presión mayor de los terroristas en el campo de batalla e incluso en lugares inesperados.
En el caso del Sahel, cuando toda la atención estaba centrada en Siria e Irak, el 14 de marzo de 2017, Zawahiri y sus consejeros daban a conocer mediante un comunicado la formación del Jamaat Nusrat al-Islam wal- Muslimin (JNIM) que agrupaba cuatro facciones yihadistas de los países de Sahel y del sur del desierto del Sahara. Al Qaeda tenía claro que la guerra del terrorismo se desplazaría al Sahel cuando bajase de intensidad en Siria e Irak y era necesario combatir bajo un mismo frente y más cuando había aparecido un nuevo competidor, el nuevo grupo Daesh.
No se equivocaron y su trabajo llevo bastante tiempo antes de su formación en marzo de 2017. Consiguieron agrupar a árabes, peul y tuareg del batallón del Emirato del Sahara, Katiba Tarik Ibn Ziyad, Katiba Saryat Al Fourghan, los peul de la Katiba de Macina, Katiba de Serma, Ansar Eddine de Macina, Ansaroul Islam, Ansar Dine y Al Mourabitoun de Mokhtar Belmokhtar.
Este hecho, que puede parecer una simple unión, era bastante más complicado y requería juntar a enemigos habituales, como el caso de los peul que tradicionalmente eran sirvientes de los tuareg. El líder de Ansar Dine que sería más tarde el de JNIM estaba más cerca de la ideología de Daesh, pero terminó agrupándose con Al Qaeda en el Magreb Islámico, Mokhtar Belmokhtar jefe del grupo Al Mourabitoune, que no necesitaba ningún tipo de coalición terminó uniéndose al grupo JNIM, lo que es una muestra del gran trabajo que se hizo paralelamente.
Aunque la alianza de JNIM se dio a conocer en 2017, esta unión ya se estaba fraguando el 15ENE16 cuando se llevó a cabo los ataques al Restaurante Cappucino y al Hotel Splendid en la capital de Burkina Faso Ouagadougou o el 13 de marzo de 2016 contra las instalaciones de Grand Bassam en Costa de Marfil.
El JNIM se presentó mediante un comunicado el 1 de marzo de 2017, pero el 18 de enero de ese mismo año, ya había atacado un campamento militar en Gao matando a más 100 militares. Su siguiente ataque ya lo hizo después de su presentación en el centro de Mali (Boulkessi), el 9 de marzo de 2017 contra el ejército, dejando 15 muertos.
Durante todos estos años, el grupo dirigido por Al Zawahiri, ha mantenido a la filial de Al Qaeda en Nigeria, Ansaru, con un perfil bajo, para entrar en acción a finales de 2021 y subir de intensidad en 2022, Se trataba de un proyecto perfectamente orquestado desde 2017 en el que Al Qaeda tenía diseñada su actual expansión hacia los países costeros de África Occidental y dirección a Etiopia en África Oriental.
Todos los detalles anteriores nos muestran que a pesar de la caída del líder de Al Qaeda, Al Zawahiri, los dirigentes de la organización saben que su final es morir antes de tiempo y, por tanto, es normal que dejen el futuro del grupo terrorista ya organizado de antemano. Por lo que respecta al Sahel, no hay porque esperar grandes cambios, pero si hay que dejar lugar a que el proyecto de Al Qaeda en el Sahel se pueda acelerar en los próximos meses.