Si la situación de Mali y sus vecinos de Níger y Burkina Faso es mala, los presagios no son mejores. El 3 de junio de 2022, el presidente, Macky Sall, de la Unión Africana, que a su vez lo es de Senegal, se reunió con Putin en Sochi – Rusia, con la intención de hacerlo con Ucrania más adelante. Sall como hombre previsor, hizo el viaje para conocer de primera mano las previsiones de suministro de cereal desde este lado del mundo a África.
El mismo Sall dijo que el no poder comprar fertilizantes antes de la época de lluvias y la desaparición del SWIFT, iba a producir una reducción de las cosechas de harina, lo que llevaría a una hambruna, causando un desastre en todo el continente africano.
El bloqueo aéreo y el embargo sobre Mali por parte de la CEDEAO está haciendo que este país se esté quedando sin munición, estando solo Rusia para suministrarle. Por el momento ha tenido que recurrir a un grupo de defensa tuareg para conseguirla.
Los que no parecen tener mucho problema son los terroristas, que siguen avanzando. El 16 de junio de 2022 un terrorista ghanés fue detenido junto a otro de Guinea Bissau en Benín. Esta zona parece ser la preferida de Al Qaeda para expandirse desde Nigeria y Burkina Faso. Paralelamente, Ghana está emitiendo comunicados oficiales advirtiendo de la presencia de terroristas en el norte del país.
Las conversaciones de paz en Chad en Doha, parece que se alargan, y esto ha hecho que activen a un consejero de Níger, gran conocedor y mediador en los asuntos de África Occidental, para intentar mediar en estas frágiles negociaciones de la Junta con los rebeldes. Chad en estos momentos es una pieza clave en el tablero africano y su instabilidad la transmite a sus países vecinos, que están atravesando una situación similar o peor.
El 18 de junio de 2022, en Mali se ha cometido una masacre contra más de 100 civiles. Todas las manos señalaban a la Katiba de Macina perteneciente a Al Qaeda en el Sahel. Inexplicablemente, el líder de la Katiba ha emitido un video de 2 minutos en el que culpa de la matanza al grupo Wagner de Rusia. Si Rusia está colaborando con el ejército de Mali, combatiendo a los terroristas, es difícil pensar que sean ellos los culpables. Para complicarlo todo más, al mismo tiempo se ha publicado un comunicado falso del grupo Jama’at Nasr al-Islam wal Muslimin (JNIM) en el que reivindicaban varios ataques y JNIM ha publicado otro auténtico, no utilizando sus canales habituales, en el que calificaban de falsas las acusaciones hechas sobre ellos sobre la matanza. Según los terroristas, ellos fueron a una villa buscando a unos individuos y fueron los civiles los que acudieron a su defensa.
Sin duda estamos ante un enigma de guerra de propaganda en el que hay demasiados participantes: el ejército de Mali, Rusia, Francia, Al Qaeda, Daesh y los Tuareg.